¿Cómo cuidar un «piercing» en el labio recién hecho?

¿Cómo cuidar un «piercing» en el labio recién hecho?

Saber cómo cuidar tu pirsin recién hecho en el labio te ayudará a promover una correcta cicatrización y prevenir complicaciones. Al estar ubicado en una zona en constante contacto con saliva, alimentos y bacterias, requiere una atención especial que debes conocer. Es natural que estés ansioso por lucir tu nueva joya, pero no te apresures.
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Es natural que estés ansioso por lucir tu nueva joya, pero no te apresures. Ahora que la perforación es reciente, debes propiciar las condiciones para que tu boca se recupere de manera adecuada y sin contratiempos.

El riesgo de que se enganche, se infecte, cause irritaciones o se cierre son realidades que debes considerar para prevenirlas. Estos son los cuidados que no debes pasar por alto.

Limpia el piercing

Una rutina de limpieza adecuada previene infecciones y favorece la cicatrización de la herida en el labio. Mantener la zona bien higienizada reduce el riesgo de complicaciones.

        </p>Siempre lávate bien las manos antes de limpiar o tocar la perforación.

El régimen de higiene se enfoca en mantener tanto el exterior como el interior del área libre de bacterias y residuos que son causantes de infecciones. Esto es lo que debes realizar dentro y fuera de tu boca.

Limpieza interior

La parte interior del pirsin en el labio abarca la zona dentro de la boca, donde la joya atraviesa la mucosa. Esta área requiere una atención especial para evitar infecciones debido al constante contacto con la saliva, alimentos y otros elementos que pueden ingresar en la cavidad oral.

Para mantenerla limpia, debes realizar enjuagues bucales con agua tibia y sal hasta cinco veces al día. También puedes valerte de un colutorio sin alcohol a base de clorhexidina, un antiséptico que ayuda a reducir las bacterias en la boca y a prevenir infecciones.
Enjuaga tu boca luego de comer, fumar, tener contacto sexual y antes de dormir.

Si prefieres hacer tu propia solución salina, mezcla media cucharadita de sal de mesa con 250 mililitros de agua tibia. Revuelve hasta disolver bien y utiliza en el momento. Lo que sobre, debes desecharlo.

Limpieza exterior

La zona exterior del pirsin corresponde al área visible de la joya. Dependiendo del tipo de perforación, puede ubicarse en la piel de la cara o en la semimucosa del labio, que es el tejido de transición entre la piel del rostro y la mucosa del interior de la boca.

Para limpiar el exterior de la joya, debes utilizar una solución salina estéril dos veces al día. Este líquido ayuda a ablandar y eliminar las costras que pueden formarse alrededor del orificio.

Aplica la solución rociando sobre la piel o usando una gasa, evitando aquellos materiales que puedan dejar fibras en la herida y causar irritación, como toallas o algodones. Luego limpia con suavidad alrededor de cada lado para eliminar las costras.

Además, una vez al día, usa un jabón suave para limpiar alrededor de los puntos de entrada y salida del pirsin. Lava con cuidado el área, asegurándote de enjuagar bien con agua para eliminar cualquier residuo. El jabón no enjuagado podría irritar la piel y afectar el proceso de cicatrización.
No uses productos como alcohol, jabones perfumados, agua oxigenada, yodo, pomadas antibacterianas, cremas cicatrizantes o cualquier otro producto agresivo, ya que pueden dañar la piel perforada y retrasar la cicatrización. También deberás mantener el área libre de maquillaje, cosméticos o lociones.

Cuida la alimentación

Cuando apenas te colocan un pirsin en el labio deberás prestar atención a tu alimentación. Durante las primeras tres horas después de la perforación no puedes comer, beber ni fumar. Con estos cuidados sencillos disminuyes el riesgo de sufrir irritaciones e infecciones.

Durante los primeros tres a cinco días, es recomendable seguir una dieta blanda que incluya alimentos suaves y frescos que alivien la inflamación, como helado, yogur y pudín. Además, es aconsejable evitar el consumo de alcohol, tabaco, cafeína, drogas y alimentos muy duros, salados o picantes que podrían irritar la perforación.

Cuando te sientas preparado para volver a comer alimentos más sólidos, comienza poco a poco, progresando desde texturas más suaves, como purés y pastas, a las más duras, como panificados y carnes. Es importante que cortes la comida en pedazos pequeños y la coloques en la parte posterior de tu boca, sobre los molares, para evitar el contacto con la perforación.

Procura masticar despacio y con cuidado para evitar morder el labio por accidente y reducir el riesgo de irritación o traumas sobre la zona perforada. También deberás evitar el chicle o masticar cualquier objeto no comestible que podría causar un daño adicional a la zona.

Aplica frío

Aplicar frío en la zona es una estrategia efectiva para aliviar el dolor y la inflamación. Chupar cubitos de hielo o paletas de helado con frecuencia, en especial durante los primeros dos días, ayuda a reducir la hinchazón y disminuye las molestias.
Los antiinflamatorios como el ibuprofeno también pueden ser útiles para controlar el dolor.

Otra opción es usar compresas frías. Puedes aplicar una bolsa de verduras congeladas o una bolsa de hielo envuelta con un paño fino o una toalla de papel y aplicarla en el interior del labio o sobre la piel.

Asegúrate de apoyarla con suavidad sobre la zona afectada durante no más de cinco minutos a la vez. Repite este proceso dos veces al día para obtener mejores resultados.

No juegues con las joyas ni te las quites

Para que la cicatrización siga su curso deberás contener tus ganas de tocar, lamer, girar, mordisquear y jugar con tu nuevo piercing. Retorcer o mover las joyas puede aumentar la hinchazón, causar irritación e introducir bacterias en la zona, lo que incrementa el riesgo de infección.
Durante el proceso de cicatrización, las joyas deben tocarse solo durante la limpieza, utilizando manos limpias o guantes.

Durante la cicatrización, deberás evitar acciones que puedan introducir patógenos, como compartir alimentos o utensilios, los besos o practicar sexo oral. También es recomendable evitar actividades que puedan causar fricción o traumas en la zona perforada.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, aunque pueda ser tentador quitarse las joyas, en especial si sientes molestias, hacerlo puede causar más daño que beneficio. Retirarla antes de que haya culminado el proceso de cicatrización puede provocar que la perforación se cierre, atrapando bacterias dentro y aumentando el riesgo de infección.
Se deben mantener las joyas en su lugar hasta que la perforación esté completamente cicatrizada, lo que puede tomar de seis semanas a varios meses.

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No te expongas al agua

El agua, sobre todo la clorada de piscinas y jacuzzis, puede irritar la perforación y aumentar el riesgo de infección. Incluso, nadar en lagos, ríos, mares o el simple hecho de ducharse o frecuentar saunas puede ralentizar el proceso de cicatrización y predisponer a infecciones.
Mantener la perforación lo más seca posible favorece la curación y ayuda a prevenir complicaciones.

Mantén una buena higiene bucal

Asegúrate de cepillarte los dientes y usar hilo dental como lo haces de manera habitual para eliminar cualquier resto de comida y evitar la acumulación de bacterias. Realiza los movimientos con suavidad para no lastimar, enganchar o traumatizar la perforación. También es importante usar un enjuague bucal sin alcohol para mantener la boca limpia y prevenir infecciones

Mantener toda la cavidad oral limpia previene que las bacterias se propaguen y queden atrapadas en el pirsin. Asimismo, dado que la presencia de una joya en la boca está asociada con problemas periodontales y desgaste dental, mantener una adecuada higiene oral ayuda a minimizar dichos efectos.

Otros cuidados

Para curar tu piercing y prevenir infecciones, además de lo ya mencionado, deberás tener en cuenta los siguientes cuidados:

No fumes: esta costumbre puede inflamar el labio, introducir bacterias y sustancias irritantes y dificultar la cicatrización.
Evita frotarte la cara con toallas: pasar toallas sobre tu rostro puede irritar y traumatizar el piercing y aumentar el riesgo de infección. Es mejor secar la zona con suavidad.
Ponte las blusas con suavidad: al vestirte, asegúrate de ponerte las blusas o camisetas lentamente para evitar enganchar la joya por accidente, lo que podría causar dolor, sangrado e irritación.
Evita cremas, aceites y bálsamos: estos productos pueden obstruir la fístula del piercing, atrapando bacterias y residuos, lo que podría provocar una infección. Es mejor mantener el área limpia y permitir que cicatrice de forma natural.
Modera el consumo de cafeína y aspirinas: estas sustancias tienen efectos anticoagulantes que pueden dificultar el cierre de la herida y aumentar el riesgo de sangrado. Trata de limitar su consumo durante la primera semana de curación.

        Evalúa todo lo que pueda entrar en contacto con tu labio y realiza los ajustes necesarios para favorecer la curación.

Identifica las complicaciones

En los primeros días, es normal experimentar enrojecimiento, hinchazón leve, palpitaciones ocasionales y secreciones claras o blancas. Sin embargo, la recuperación puede complicarse y provocar cuadros que requieren la intervención de un médico.

Deberás estar atento a la evolución de la herida e identificar posibles complicaciones para poder actuar a tiempo. Saber lo que está sucediendo te ayudará a distinguir si todo está en orden o necesitas recibir atención médica. Estas son algunas de las situaciones que debes reconocer.

Líquido linfático

Es común que aparezca líquido linfático alrededor de la herida. Se trata de una sustancia transparente o amarillenta que forma pequeñas costras en la piel del labio o membranas blanquecinas en la mucosa. Esto es parte del proceso de curación y no debería preocuparte.

Pus

El pus es una sustancia espesa, opaca, blanquecina o amarillenta y suele tener mal olor. Su presencia en la perforación es indicativa de un proceso infeccioso, por lo que deberás buscar atención médica para tratarlo.

Infección

La entrada de bacterias en la herida puede dar lugar a un proceso infeccioso. Estas son las señales a las que debes prestar atención:

Salida de pus
Sabor amargo
Calor persistente
Dolor que empeora
Fiebre o escalofríos
Enrojecimiento o hinchazón que se extiende

        Si presentas estos síntomas, contacta a tu médico de inmediato.

Reacción alérgica

Algunas personas son alérgicas a ciertos metales como el níquel, cobre o latón, presentes en las joyas, sobre todo las de fantasía. Los síntomas incluyen picazón, inflamación, ampollas, irritación o sarpullido. Los casos más graves pueden provocar edemas importantes y falta de aire.

Si sospechas una alergia, deberás cambiar a joyas de acero quirúrgico, titanio o materiales sin níquel y consultar a un médico.

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Cicatrices

Luego de perforar el labio, el cuerpo debe curar la herida a través de un proceso de cicatrización. En algunas ocasiones, el tejido que se forma es excesivo o diferente y da lugar a cicatrices notorias o bultos alrededor del piercing:

Queloides: son formaciones abultadas y rojizas.
Cicatrices hipertróficas: son elevadas y del mismo tono de la piel.

Estas cicatrices a veces desaparecen solas con el tiempo o cuando se cambian las joyas. Además, también pueden ser tratadas bajo la supervisión de un dermatólogo con geles de silicona, cremas o aceites especiales. Sin embargo, es necesario esperar hasta que el pirsin esté curado por completo antes de realizar cualquier intervención o iniciar un tratamiento.

¿Cuándo cambiar tu piercing del labio?

Aunque tengas muchas ganas de variar los diseños de joyas en la boca, deberás ser paciente. Mantener tu piercing en el labio el tiempo suficiente es clave para un adecuado proceso de curación y mantenimiento.

La primera vez que debes considerar cambiarlo es después de que la inflamación inicial haya disminuido. Esto suele ocurrir entre dos y tres semanas después de la perforación, aunque depende del tipo de joya.

En esta etapa, es recomendable reducir la longitud de la joya, ya que las piezas más largas, necesarias al principio para soportar la hinchazón, pueden causar problemas al rozar los dientes y las encías. Optar por un piercing más corto ayuda a que se acomode mejor en el tejido bucal y reduce el riesgo de daños dentales.

Antes de cambiarlo, asegúrate siempre de esterilizarla para evitar cualquier complicación. Además, deberás manipularla con las manos limpias o guantes.

Aproximadamente tres meses después de la perforación, cuando la cicatrización esté más avanzada, podrás cambiar a otros estilos de joyería, como una argolla o un labret con incrustaciones. Procura elegir joyas de materiales seguros, como el titanio, para reducir el riesgo de irritaciones y reacciones alérgicas.

¿Cuánto tiempo tarda en curarse?

El tiempo de curación varía según el tipo de perforación y las características individuales de cada persona. En general, para los diseños más básicos, la curación completa suele tardar entre seis y ocho semanas. Piercings más complejos, como el dahlia, elabret vertical o el jestrum, pueden requerir varios meses para cicatrizar.

El tiempo de curación del pirsin puede variar, todo dependerá del cuidado que le des.

Cuidado profesional

Llevar un piercing en el labio requiere atención y responsabilidad. Es necesario seguir las indicaciones de tu perforador y mantener una rutina de limpieza adecuada para evitar complicaciones.
Nunca intentes realizar la perforación por ti mismo; busca siempre lugares seguros y perforadores experimentados.

Aunque estar a la moda es importante, no debes olvidar que tu salud bucal lo es aún más. Si experimentas algún problema, no dudes en consultar con un dentista o médico de confianza.

No subestimes los riesgos asociados con las perforaciones orales. Aunque puedan ser populares, los posibles daños a tus dientes, encías y lengua son reales. Visitar a tu odontólogo con regularidad te ayudará a mantener una buena salud bucodental mientras usas tu piercing.

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