¿Has intentado cultivar aromáticas en la cocina y acabaron muriendo? Cultivar en invierno es más complicado. La disminución de luz natural, el aire seco a causa de la calefacción y el frío crean el ambiente propicio para la proliferación de plagas y hongos. Pero con algunos ajustes básicos, puedes tener un pequeño huerto de albahaca,
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Si agrupas plantas con necesidades similares, evitas el exceso de riego y les procuras a tus aromáticas un sustrato bien drenado, tendrás plantas saludables. Te explicamos lo que debes hacer.
Elección y agrupación correcta de plantas
Las aromáticas mediterráneas como el romero, tomillo, orégano y salvia necesitan poco riego y toleran que la tierra se seque entre riegos. Son perfectas para compartir maceta o jardinera. En cambio, las hierbas de hoja como albahaca, cilantro, perejil o cebollino requieren sustrato ligeramente húmedo y no se llevan bien con las anteriores. Por ello, agrúpalas por separado.
Si quieres cultivar menta, debes tener en cuenta que crece muy rápido y puede ser una planta invasiva, además consume mucha agua. Es mejor plantarla en su propia maceta. Para conseguir variedad en un huerto con poco espacio, siembra en recipientes individuales y reúnelos en una bandeja.
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Exposición a la luz solar e iluminación artificial
Las aromáticas necesitan entre 4 y 6 horas de luz directa al día para desarrollarse bien. En invierno, esto suele ser un problema, incluso colocando tu huerto en una ventana orientada al sur. Permanece atento a los síntomas de falta de luz como tallos largos y débiles que se inclinan buscando la iluminación, hojas pequeñas y pálidas, crecimiento lento.
Si ves estos signos, considera añadir una lámpara LED de cultivo. Las opciones más básicas, con espectro completo y potencia ajustable, funcionan bien colocadas a 15 y 30 cm de las plantas durante 8 a 10 horas diarias.
No necesitas equipos profesionales, pues las lámparas económicas son suficientes para un mini-huerto doméstico. Combina la luz natural con este complemento artificial durante las horas más oscuras del día.
Riego y composición adecuada del sustrato
Uno de los problemas más frecuentes con las aromáticas no es el exceso de riego, sino la falta de drenaje en la tierra. Una maceta sin agujeros en el fondo o con orificios tapados por tierra compactada provoca encharcamiento. Las raíces se pudren, las hojas amarillean y la planta muere. Otro problema es la falta de material drenante, como perlita, grava o vermiculita.
Te recomendamos usar macetas con agujeros en la base. También es recomendable hacer una buena mezcla de sustrato universal, materia orgánica para aportar nutrientes, fibra de coco y materiales que drenen el agua. Antes de regar comprueba la humedad introduciendo el dedo en la tierra. Si está húmeda a 2 cm de profundidad, espera para regar.
Prevención de plagas
Los pulgones, la mosca blanca y los mosquitos del sustrato prosperan en ambientes cerrados con humedad constante, por lo que en invierno debes tomar algunas precauciones.
- Aplica un control del riego. Deja secar la capa superior de la tierra entre riegos para evitar los mosquitos.
- Abre las ventanas 10 o 15 minutos al día, aunque haga frío. El aire renovado dificulta la proliferación de plagas y hongos.
- Lava tus plantas con agua jabonosa (jabón neutro diluido), si notas pulgones o ácaros en las plantas.
- Mantén las plantas nuevas en cuarentena por una semana y revísalas antes de juntarlas con el resto. Así detectas problemas antes de que se extiendan por tu huerto.
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Cosechar sin agotar tu huerto
Cortar mal las aromáticas puede debilitarlas o incluso matarlas. El truco está en pinzar los extremos de los tallos justo por encima de un nudo, es decir, de donde salen las hojas. Este corte estimula la ramificación y la planta se vuelve más frondosa, en lugar de crecer alta y espigada. Nunca retires más de un tercio del follaje total de una vez. Si necesitas una cantidad grande, alterna las plantas o espera a que se recuperen.
En el caso de la albahaca, pellizcar las puntas con frecuencia evita que florezca demasiado pronto, lo que agota la planta y amarga las hojas. Las mediterráneas toleran más podas, pero es mejor reducir la frecuencia durante el invierno, cuando el crecimiento de la planta es más lento.
Tener aromáticas frescas en la cocina durante el invierno es posible cuando ajustas luz, riego y agrupación de las plantas. Sigue los cuidados básicos y evita los errores habituales para disfrutar de hierbas frescas en tu cocina.
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