Lugner hizo fortuna en la construcción y los centros comerciales, llevó una vida derrochadora en la que alternaba entre las grandes riquezas y las quiebras, e intentó dos veces –sin éxito– ser presidente de Austria. Pero, sobre todo, se le recuerda por sus apariciones en el Baile de la Ópera.
Lugner hizo fortuna en la construcción y los centros comerciales, llevó una vida derrochadora en la que alternaba entre las grandes riquezas y las quiebras, e intentó dos veces –sin éxito– ser presidente de Austria. Pero, sobre todo, se le recuerda por sus apariciones en el Baile de la Ópera.