Desde que en mayo de 1981 el papa Juan Pablo II sufriese un atentado, la política del Vaticano –dirigida durante dos décadas por el español Joaquín Navarro Valls– fue la de transparencia sobre la salud de los Pontífices. Hoy, con el papa Francisco ingresado y dos partes diarios, el Vaticano demuestra a instituciones como Buckingham cómo afrontar la salud de sus máximos representantes.
Desde que en mayo de 1981 el papa Juan Pablo II sufriese un atentado, la política del Vaticano –dirigida durante dos décadas por el español Joaquín Navarro Valls– fue la de transparencia sobre la salud de los Pontífices. Hoy, con el papa Francisco ingresado y dos partes diarios, el Vaticano demuestra a instituciones como Buckingham cómo afrontar la salud de sus máximos representantes.