​Mary de Dinamarca luce por primera vez el collar de chatones Rivière y recupera una falda de 2005 para su debut en una cena de Estado como reina 

 Los reyes de Dinamarca han recibido a la presidenta de Islandia, Halla Tómasdóttir, y su marido, Björn Skúlason, de visita en el país danés. 

​Los reyes de Dinamarca han recibido a la presidenta de Islandia, Halla Tómasdóttir, y su marido, Björn Skúlason, de visita en el país danés. 

Podemos margina a Monedero de su próxima convención 

A este evento asistirán figuras políticas de ideología afín al partido, pero por el momento no han trascendido los nombres
The post Podemos margina a Monedero de su próxima convención  first appeared on Hércules.  La formación fundada por Pablo Iglesias, Podemos, va a celebrar el próximo 19 y 20 de octubre una convención política, la cual tiene lugar todos los años y que marca el nuevo curso político. Aunque esta reunión tiene algo diferente a la de otros años, y es que no contarán con la presencia de Juan Carlos Monedero.

Recordemos que Monedero es uno de los fundadores de Podemos y que hace pocos meses fue apartado de su cargo en la Fundación República & Democracia, ahora liderada por Julio Rodríguez. Para ese año se ha conocido que Irene Montero, será la encargada de dar un discurso de apertura de la convención. Por su lado, Pablo Iglesias, va a ser el encargado de cerrar la convención con un discurso. A este evento asistirán figuras políticas de ideología afín al partido, pero por el momento no han trascendido los nombres.

Pero Monedero no ha estado inactivo, ya que en el último año, ha estado trabajando junto a Ione Belarra en su venganza personal contra la líder de Sumar, Yolanda Díaz.

Monedero continúa preparando su venganza contra Sumar

En un mensaje lanzado en las redes sociales, Monedero ha cuestionado la decisión con ironía: “Mucha suerte en la Uni de Otoño de Podemos. Sigo presentando mi libro por España y América Latina. Habrá más ocasiones. Seguro que el año que viene podemos compartir. ¡Buen debate y que la pluralidad nos ilumine!”.

Según ha señalado el medio The Objective, el actual dueño del canal de televisión Canal Red, Pablo Iglesias, demuestra así toda su cercanía orgánica a Podemos. Participará en el último encuentro, el único del domingo, acompañado por invitados internacionales que todavía se desconocen. En las filas moradas apuntan a la presencia del francés Jean-Luc Mélenchon como una de las figuras de renombre del encuentro.

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Lobato critica al PSOE por las «filtraciones»

El dirigente del PSOE madrileño ha expresado en una entrevista concedida a Europa Press que es necesaria una reflexión conjunta en el partido sobre estas prácticas
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Imagen: Juan Lobato, líder del PSOE madrileño-Europa Press

El secretario general del PSOE-M, Juan Lobato, ha agradecido al secretario general del partido en Castilla y León, Luis Tudanca, que haya “abierto el debate” sobre la forma en que se trabaja en el partido y “las filtraciones y fuentes” que buscan “socavar legitimidades”. Asimismo, denuncia en la entrevista concedida a Europa Press, que eso “nos ha pasado a todos. Nos ha pasado a todos, en los ámbitos autonómicos, en los ámbitos municipales y yo creo que hacer una reflexión colectiva sobre lo que sufren los militantes por culpa de estas actitudes, de estas filtraciones de entornos, fuentes siempre anónimas y escondidas, yo creo que esta reflexión colectiva merece la pena hacerla y aprender todos”.

Tudanca acataba la decisión, aunque no la compartía, y defendía que se había impedido ejercer a la militancia su voz. Este martes acusaba directamente en una entrevista en Onda Cero al entorno del secretario de organización, Santos Cerdán, de intentar desestabilizar cinco federaciones, entre ellas Castilla y León y Madrid, a través de filtraciones.

Lobato, por su parte, asegura que no sabe “quién es la gente que se dedica a esto”, pero apostillando que entiende “perfectamente” lo que ha planteado Luis Tudanca sobre la necesidad de que en los partidos políticos se tenga “una forma de trabajar un poquito más solidaria, leal y constructiva en los territorios”.

«Es un despropósito en términos políticos»

Ha reconocido que él mismo lleva “no sé cuántos meses o años” viendo estos artículos “de nombres, de opciones” en torno a su figura y ha afirmado que hay que “dejar trabajar a la gente” porque hay “mucho esfuerzo de muchos militantes, de muchos alcaldes, portavoces que cada vez que ven un artículo de estos con que las fuentes de aquí y de allá lo que sienten es frustración y cabreo”.

Ha defendido que entre las bases del partido están “bastante hartos” de que se esté intentando “socavar el trabajo de tantísima gente”. “Tener que estar todos los días bajo el acoso y derribo de noticias que no tienen nada que ver con el trabajo diario de los militantes de lucha contra Ayuso y contra el PP; y contra el PP y VOX en Castilla y León, creo que no es justo con la militancia y creo que es un despropósito en términos políticos”, confiesa el líder del PSOE madrileño.

Ha vuelto a defender una “reflexión colectiva” dentro del partido porque es importante entender que “no es la forma de hacer política” porque el PSOE es un partido democrático, con “órganos donde se puede opinar, un partido que se toma bien la crítica pública”.

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​Chábeli Iglesias celebra sus 23 años de matrimonio: un recuerdo especial, un enorme ramo de rosas blancas y rojas y una declaración de amor a su marido Christian Altaba 

 El 8 de octubre de 2001 la pareja se dio el ‘sí, quiero’ en la más estricta intimidad de su casa de Miami. En ese momento, la hija de Julio Iglesias estaba esperando su primer hijo. 

​El 8 de octubre de 2001 la pareja se dio el ‘sí, quiero’ en la más estricta intimidad de su casa de Miami. En ese momento, la hija de Julio Iglesias estaba esperando su primer hijo. 

El PP exige dimisiones por votar a favor de la rebaja de penas a etarras 

Muchos dirigentes del partido se han mostrado muy descontentos con esta situación, ya que este error va a tener difícil solución
The post El PP exige dimisiones por votar a favor de la rebaja de penas a etarras  first appeared on Hércules.  El Partido liderado por Alberto Núñez Feijóo, sigue recuperándose del fatal error cometido en el Congreso, después de haber votado a favor de la rebaja de penas a los etarras. De esta manera, cada vez son más los políticos de esta formación que han pedido cambios en la dirección del partido.

Distintos dirigentes han pedido dimisiones dentro del partido, con las que se pretende mostrar que las disculpas pedidas el pasado martes van acompañadas de medidas con el fin de que este error no se vuelva a suceder.

Según fuentes consultadas por el medio The Objective, desde dentro del Partido Popular se está reclamando que haya cambios en el funcionamiento interno, con el fin de que la mayoría de asuntos y temas no tengan que pasar primero por el filtro de un vicesecretario. Quien ha quedado demostrado que una persona sola no puede estar en todos los temas.

El PP se fija en el Grupo Parlamentario como responsables

Muchos dirigentes del partido se han mostrado muy descontentos con esta situación, ya que este error va a tener difícil solución y sobre todo, que el PP siempre se ha mostrado contrario a cualquier política que pudiera favorecer a ETA y a los etarras que cumplen condena. Por lo que no se entiende, cómo se les ha podido pasar por alto esta reforma de ley tan polémica.

Por el momento se ha conocido que el PP se está fijando en el Grupo Parlamentario y, sobre todo, en los ponentes de la ley (María Jesús Moro, José Manuel Velasco y Rafael Benigno), los asesores que dieron el visto bueno a las enmiendas, la dirección del grupo que lidera Miguel Tellado y también al Comité de Dirección del PP. En el centro de la polémica, la manera en la que Feijóo ha organizado el trabajo de los populares, según The Objective.

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La mayoría de los inquilinos de Madrid y Barcelona no esperan ser propietarios

El informe revela que el 70% de los encuestados en las dos grandes ciudades españolas no esperan heredar. Y de los que reciban una propiedad, el 80% tendrá que compartirla
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Imagen: Bloque, piso, pisos, casas, ventanas, alquiler, compra, edificio, centro. EUROPA PRESS – Archivo

Según el informe, el 70% de los encuestados en las dos grandes ciudades españolas no esperaban heredar. Y los que reciban una propiedad, el 80% tendrá que compartirla. También constata que la condición de inquilino no se limita a la etapa de emancipación: son inquilinos la mayoría de los jóvenes (53%) hasta los 29 años, pero también viven de alquiler más de un tercio de los ciudadanos de entre 30 y 44 años.

Los inquilinos pierden dinero y los caseros se enriquecen

Los alquileres suben, los inquilinos pagan más y el precio de la compra, del ocio y de otros tipos de interés cada vez está más disparado, por lo que los alejan más de la posibilidad de convertirse en propietarios. Por su parte, los caseros que alquilan se enriquecen más, fijando alquileres con precios desorbitados, y la mitad de las transacciones de vivienda las hacen personas que ya son propietarios.

Los inquilinos, además, se encuentran con que compiten -en la compra de vivienda- con individuos e inversores que ya poseen viviendas en propiedad y patrimonios muy elevados. Así lo reflejan los datos: el 15% de las compras de viviendas al contado fueron realizadas por extranjeros no residentes; y entre el 2008 y el 2020, casi la mitad de las viviendas inscritas en el registro por primera vez son de empresas que tienen más de ocho propiedades.

Los hogares jóvenes y migrantes dependen del alquiler

Mientras solo un 14% de la población española vivía de alquiler en España en 2023, los hogares formados por personas nacidas en el extranjero viven mayoritariamente alquilando y además la posibilidad de heredar en este caso es menor. En su tramo final, el trabajo cuestiona las medidas que han tomado las Administraciones públicas y lanza recomendaciones políticas que “faciliten el acceso a la vivienda y reduzcan brechas que dividen la sociedad”.

De todas ellas, la principal es incrementar la oferta de “alquiler residencial de larga duración y a precio regulado”, contando con las viviendas vacías (3,8 millones, el 14% del parque total, según el INE) o turísticas (351.000 según el INE). Asimismo, contempla la construcción de vivienda protegida (VPO) y fomentar la vivienda cooperativa.

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480.000 trabajadores no cobran las horas extras

Esta cifra supone un vacío de 3.254 millones de euros anuales en términos de cotización y salarios, siendo los sectores de oficina los más perjudicados
The post 480.000 trabajadores no cobran las horas extras first appeared on Hércules.  Imagen: Europa Press

De acuerdo con la Encuesta de Población Activa, el 42.7% de los trabajadores que realizan horas extra no reciben compensación económica. A esta cifra se suma un 5.2% que únicamente percibe salario por algunas de esas horas. En total, casi la mitad de quienes extienden su jornada laboral lo hacen sin remuneración, lo que, según un reciente estudio de Comisiones Obreras (CC.OO.), representa un ahorro significativo para las empresas. “Las horas no pagadas equivalen a un ahorro de 3,254 millones de euros anuales en salarios, impuestos y cotizaciones sociales que los empleadores evitan pagar”, informa el sindicato.

Debate sobre la jornada laboral

Reclamaciones en el ámbito europeo

La problemática de las horas extra también ha sido objeto de atención por parte de UGT, que ha presentado una reclamación ante el Comité Europeo de Derechos Sociales, argumentando que España no cumple con la Carta Social Europea. Este documento establece que los trabajadores tienen derecho a una remuneración superior por las horas extra, salvo en circunstancias excepcionales. Aunque el Gobierno reconoció que no existe normativa específica sobre esta compensación, se ha comprometido a abordar la situación, lo que UGT considera un respaldo a su denuncia.

En comparación con otros países europeos, la situación de España es relativamente mejor. Según datos de la OCDE, el 2.7% de los trabajadores a jornada completa en España realizan horas extra no pagadas, en contraste con una media del 5.3% en el resto de los países desarrollados. Sin embargo, la cifra ha permanecido constante en los últimos años, a pesar de la implementación del registro horario en 2019.

Diferencias por sectores laborales

Resulta interesante notar que la falta de pago por horas extra no es exclusiva de sectores considerados precarios. Según Luis Zarapuz, del gabinete de estudios de CC OO, las horas no pagadas son más comunes en profesiones como abogados, periodistas y arquitectos. Por el contrario, los sectores con fuerte regulación y afiliación sindical, como la industria y la construcción, suelen tener menos casos de horas extraordinarias impagadas.

Los datos revelan que el sector financiero presenta la mayor proporción de trabajadores que realizan horas extra no compensadas, seguido de las actividades profesionales y técnicas. En términos de horas adicionales trabajadas semanalmente, el transporte destaca con 8.9 horas, seguido por la hostelería y la educación.

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Tellado: “todos somos culpables”

Dirigentes del PP sienten indignación por la posible excarcelación de etarras, por lo que algunos diputados en el Congreso piden dimisiones
The post Tellado: “todos somos culpables” first appeared on Hércules.  La atribución de responsabilidades se intensifica en el Partido Popular (PP) tras lo que Alberto Núñez Feijóo ha calificado como un “error injustificable” relacionado con su voto a favor de una reforma que permitirá a los presos de ETA descontar años de condena cumplidos fuera de España. Esta medida facilitará la liberación anticipada de varios reclusos, lo que ha generado una ola de críticas internas. “Es un error difícil de aceptar, tanto para nosotros como para nuestra base”, reconoce un dirigente del PP, reflejando la preocupación por el impacto en la imagen del partido, históricamente defensor de las víctimas del terrorismo.

Estrategia de apaciguamiento y respuestas del liderazgo

A pesar de los esfuerzos de Génova por calmar la situación, las medidas tomadas no han logrado contener la crisis. Feijóo ha intentado suavizar el malestar a través de una llamada personal a Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, además de enviar un mensaje a todos los afiliados donde responsabiliza al “presidente del Gobierno y Bildu” por la situación.

El líder del PP mostró su frustración en una reunión con el comité de dirección, mientras que su portavoz parlamentario, Miguel Tellado, intentó suavizar las tensiones al afirmar que “todos somos responsables”. Esta declaración provocó la ira de varios diputados que no comparten la idea de una responsabilidad compartida por un error que, según ellos, fue específico de la Comisión de Justicia. “Esto no le habría pasado a Soraya Sáenz de Santamaría”, exclamó uno de los disidentes, criticando la falta de vigilancia en la tramitación de la ley.

Asumir responsabilidades sin señalar la culpa

Durante una comparecencia, Tellado asumió la “responsabilidad” del PP por no haber supervisado adecuadamente la tramitación de la reforma, aunque evitó nombrar a responsables específicos. Tras investigar, concluyó que los diputados que presentaron la ley se habían centrado en una enmienda de Junts, sin percibir que la propuesta de Sumar contenía una disposición clave que podría beneficiar a presos históricos de ETA.

Demandas de dimisiones y críticas internas

En una reunión cerrada del grupo parlamentario, Tellado insistió en que no había culpables individuales, lo que generó un descontento palpable entre algunos miembros. “Aquí debería haber dimisiones”, afirmó un diputado, apuntando directamente a la responsable de Justicia del partido, María Jesús Moro. Otros dirigentes también señalaron a Tellado y a Cayetana Álvarez de Toledo, quienes formaron parte de la Comisión de Justicia que aprobó la ley.

Las caras largas y la frustración fueron evidentes en el Senado, donde algunos senadores del PP propusieron aplazar el debate sobre la reforma. La senadora Marimar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, víctima de ETA, mostró su angustia por la situación, reflejando el sentimiento de muchos en el partido.

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Biden busca minimizar el impacto electoral de la guerra en Oriente Próximo

La escalada de tensión en Oriente Próximo amenazaría con lastrar las perspectivas electorales de Kamala Harris y beneficiaría al republicano Donald Trump
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Imagen: El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. EFE/EPA/Shawn Thew

En apenas 24 horas, Biden pasó del “estamos debatiendo” con Israel un posible bombardeo a instalaciones petroleras iraníes al “si estuviera en su lugar, pensaría en otras alternativas a atacar pozos petroleros”. Ello en un contexto de escalada que, de prolongarse en el tiempo, amenazaría con lastrar las perspectivas electorales de la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris y beneficiaría al republicano Donald Trump.

Impacto en el precio del petróleo

Hasta ahora, la guerra en Oriente Próximo apenas había tenido impacto en el precio del petróleo. Los mercados se habían inmutado bien poco ante los bombardeos en Gaza que han dejado cerca de 42.000 palestinos muertos. Ahora, los ataques israelíes contra Irán, el séptimo productor de petróleo del mundo, sí que ponen en jaque el mercado petrolero.

El peso de Irán es tal que cualquier alteración en su suministro al exterior -o incluso una mera amenaza de disrupción- haría mella en el mercado mundial. Un impacto que también llegaría a los surtidores de Estados Unidos, a pesar de que este país no consume ni una sola gota de crudo iraní.

La perspectiva de que la reciente escalada en la frontera israelo-libanesa pudiese devenir en una guerra que arrastre a Teherán, e incluso a Estados Unidos, ya generaba cierto nerviosismo en los mercados: antes del ataque iraní contra Israel, el brent había saltado un 4% en pocas horas. En este caldo de cultivo, el ambiguo comentario de Biden el jueves, en el que parecía dar por bueno un posible ataque de Israel contra la infraestructura petrolera iraní, desencadenó la histeria. En las horas inmediatas a su frase, la cotización del West Texas Intermediate (la referencia en EE UU) subió un 5,5%.

El presidente tuvo que recular casi de inmediato. El viernes daba un paso inédito para él: comparecería por sorpresa y por primera vez en su mandato en la sala de prensa de la Casa Blanca para contestar a las preguntas de los periodistas. Allí fue mucho más claro en su respuesta. Y mucho más ortodoxo. “Los israelíes no han determinado qué van a hacer acerca de un ataque. Eso se está debatiendo. Si estuviera en su lugar, pensaría en otras alternativas a atacar pozos petroleros”, declaraba.

Un duro golpe electoral

En un país que se mueve eminentemente en coche, el precio que exhiben los letreros de las estaciones de servicio tienen mucha incidencia en unas elecciones que cualquier otra variable de índole puramente política. Sus variaciones son la gran referencia a la que se aferra el estadounidense medio para valorar si la economía va o no por buen camino.

“Los bajos precios de la gasolina son de interés general, algo que republicanos y demócratas desean”, resumía recientemente Jim Burkhard, vicepresidente de la firma de análisis S&P Global Commodity Insights. “Y el presidente, sea del partido que sea, suele ser visto como responsable”. Una percepción que, en cambio, poco tiene que ver con la realidad del mercado: el coste minorista por galón (3,7 litros, la medida que se utiliza en Estados Unidos) depende, en gran medida, de la cotización del crudo en los mercados internacionales. “Algo que nadie puede controlar, tampoco el presidente de EE UU”.

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Líbano e Israel: devastación en zona de conflicto

Netanyahu ha traspasado las fronteras de su país vecino desatando una guerra en Oriente Próximo tal y como ocurrió en 1982 y en 2006
The post Líbano e Israel: devastación en zona de conflicto first appeared on Hércules.  Imagen: Jesús Barrera I Diario Hércules

El 1 de octubre de 2024, Israel lanzó una ofensiva terrestre en el sur del Líbano como parte de la operación «Flechas del Norte», en el marco de la creciente escalada de enfrentamientos con Hizbulá. Tras una intensa campaña aérea, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) iniciaron un ataque «selectivo y limitado», apuntando a infraestructuras y objetivos terroristas de la milicia chií, considerados una amenaza inmediata para los asentamientos israelíes cercanos a la frontera. El mismo día, el ejército libanés realizó un «reposicionamiento» en puntos estratégicos del sur, mientras que Israel declaró la zona como un área militar cerrada.

El portavoz de las FDI, Daniel Hagari, explicó que la operación tenía como objetivo impedir un ataque similar al de Hamás del 7 de octubre, citando la incautación de mapas y depósitos de armas que apuntaban a un plan llamado «ocupación de Galilea». A pesar del inicio de las operaciones terrestres, Hizbulá negó la incursión israelí en su territorio, intensificando la incertidumbre sobre la situación en la región.

Tras varios reveses, destacó la eliminación de Ibrahim Akil, comandante de la fuerza de élite Redwan, y la destrucción de varios dispositivos de comunicación del grupo. Además, los ataques aéreos israelíes destruyeron bases y depósitos de armas del grupo terrorista en el sur del Líbano, debilitando la estructura operativa de la milicia.

Sin embargo, este no es el primer conflicto que enfrenta a ambos territorios.

Gráfico: Instituto internacional de estudios estratégicos (2023) I El Independiente

Primer Guerra del Líbano

El 6 de junio de 1982, las Fuerzas de Defensa de Israel lanzaron una invasión en el sur del Líbano, en lo que denominó la «Operación Paz para Galilea», un conflicto que pasaría a la historia como «la primera guerra del Líbano». El objetivo era expulsar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) del territorio libanés, tras el intento de asesinato del embajador israelí en el Reino Unido, Shlomo Argov, por el grupo Abu Nidal.

El enfrentamiento entre Israel y el Líbano tenía sus raíces en la década de 1970, período en el que Israel llevó a cabo varias incursiones militares contra grupos armados palestinos y contra Hizbulá. Uno de los primeros episodios relevantes fue la «Operación Litani» en 1978, en la que Israel ocupó una franja del sur del Líbano, situada al sur del río Litani. Más de 1.000 civiles perdieron la vida durante esa ofensiva.

En respuesta, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó resoluciones instando a Israel a retirarse y estableció una fuerza internacional provisional para supervisar la retirada y restablecer la paz en la zona. Israel se retiró parcialmente en junio de 1978, manteniendo el control de una «zona de seguridad» en la que contaba con el apoyo de una milicia cristiana libanesa, el Ejército del Sur del Líbano (ESL), al que proporcionaba asistencia militar y económica.

La ofensiva israelí de 1982 y el asedio a Beirut

Durante el verano de 1982, Israel lanzó una nueva ofensiva contra el Líbano, en esta ocasión tomando el control de Beirut. La capital libanesa fue sitiada y bombardeada durante dos meses, hasta que las fuerzas de la OLP aceptaron retirarse. Este avance militar israelí se produjo bajo el nombre de «Paz para Galilea».

Durante la ocupación de Beirut, Israel permitió que milicias cristiano-falangistas ingresaran a la zona oeste de la ciudad, donde se encontraban los campos de refugiados de Sabra y Chatila. El 16 de septiembre de 1982, dichas milicias perpetraron una masacre que resultó en la muerte de aproximadamente 3.500 refugiados palestinos, un evento que sigue siendo recordado como una de las peores atrocidades del conflicto.

Las tropas israelíes mantuvieron el control de Beirut hasta julio de 1983, cuando se retiraron al río Awali, al norte de la ciudad de Sidón. Sin embargo, la zona comprendida entre este río y la frontera israelí siguió ocupada hasta 1985, momento en el que las fuerzas israelíes retrocedieron nuevamente a la llamada «zona de seguridad».

Durante esta ocupación, las fuerzas israelíes enfrentaron la resistencia de numerosos grupos armados libaneses, muchos de ellos pertenecientes a la comunidad chií del sur del Líbano. Entre estos grupos emergió Hezbolá, fundado en 1982, que se consolidó como una fuerza clave en la lucha contra la presencia israelí.

Las relaciones entre las distintas milicias libanesas no siempre fueron armoniosas. Las tensiones entre las facciones, caracterizadas por rivalidades internas, dieron lugar a enfrentamientos armados entre los propios grupos libaneses. Estos conflictos se extendieron durante la década de 1980 y culminaron con la firma del Acuerdo de Taif en 1989, promovido por la Liga Árabe, que puso fin a gran parte de las hostilidades internas del Líbano.

Guerra de 2006: Israel y El Líbano

La guerra de 2006 entre Israel y el Líbano, también conocida como la «guerra de julio» o la «segunda guerra del Líbano», fue un conflicto que afectó durante 34 días al Líbano, el norte de Israel y los Altos del Golán. Este enfrentamiento, que tuvo lugar entre el ejército israelí, el ejército del Líbano y la facción armada de Hizbulá, comenzó el 12 de julio de 2006 y concluyó el 14 de agosto, tras la entrada en vigor de un alto el fuego establecido por la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.

El conflicto causó entre 1.191 y 1.300 muertes libanesas, mientras que las bajas israelíes ascendieron a 165 personas. Además, los ataques dañaron gravemente la infraestructura civil libanesa y provocaron el desplazamiento temporal de aproximadamente un millón de libaneses y entre 300.000 y 500.000 israelíes.

El 11 de agosto de 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la Resolución 1701, con la que buscaba poner fin a las hostilidades. La resolución, aceptada por ambas partes, instaba a la retirada de las tropas israelíes del Líbano, el desarme de Hizbulá y el despliegue de soldados libaneses junto con una fuerza ampliada de la ONU (FPNUL) en el sur del país. Esta fuerza internacional recibió el mandato de utilizar la fuerza para eliminar cualquier actividad hostil en su área de operaciones y resistir cualquier intento de interferencia en sus labores.

El 17 de agosto, el ejército libanés comenzó su despliegue en el sur del país, y el 8 de septiembre, Israel levantó el bloqueo. Para el 1 de octubre, la mayoría de las tropas israelíes se retiraron a su frontera, aunque algunas unidades permanecieron en la aldea de Ghajar, que está situada a ambos lados de la frontera. No obstante, ni el gobierno libanés ni la FPNUL procedieron al desarme del grupo terrorista, lo que generó una tensión latente tras el conflicto.

Contexto de la guerra

La crisis que estalló en 2006 se desarrolló en un contexto distinto al habitual dentro del conflicto árabe-israelí. La retirada unilateral de Israel de la Franja de Gaza en septiembre de 2005 y la victoria de Hamás en las elecciones legislativas de enero de 2006 marcaron un nuevo escenario. En las semanas previas al conflicto israelo-libanés, se registró un notable incremento en el lanzamiento de cohetes Qassam por parte de grupos palestinos desde Gaza hacia objetivos israelíes, lo que provocó intensas represalias de Israel, causando numerosas bajas entre la población palestina.

El 24 de junio, las tensiones en Gaza se intensificaron cuando las fuerzas israelíes capturaron a dos palestinos, identificados como Osama Muamar, un médico de 31 años, y su hermano Mustafá, de 20 años. Según el ejército israelí, ambos estaban vinculados a Hamás. Al día siguiente, un grupo de milicianos palestinos respondió cruzando la frontera entre Gaza e Israel a través de un túnel de 250 metros, atacando un puesto militar israelí. Durante el asalto, dos milicianos palestinos y dos soldados israelíes murieron, mientras que otros cuatro soldados resultaron heridos. El cabo israelí Gilad Shalit fue capturado durante la incursión. Los captores de Shalit solicitaron un intercambio por prisioneros palestinos menores de 18 años, de los cuales había alrededor de 400 detenidos por Israel entre los 10,000 presos palestinos. Sin embargo, en lugar de negociar, Israel detuvo a más de 30 políticos vinculados a Hamás y atacó varias infraestructuras y ministerios en Gaza.

En medio de esta ofensiva israelí en Gaza para recuperar al soldado capturado, Hizbulá lanzó un ataque desde el Líbano, causando la muerte de ocho soldados israelíes y capturando a dos más, lo que intensificó aún más el conflicto. Analistas como David Hirts interpretaron que había una intención implementar una nueva estrategia en el marco del conflicto árabe-israelí, con el objetivo de apoyar a Hamás, que en ese momento se encontraba bajo presión en Gaza. Por otro lado, algunos políticos y expertos, como el líder druso libanés Walid Jumblat, vincularon estas acciones con una maniobra de distracción relacionada con la negativa de Irán a cumplir con las exigencias de la ONU sobre la suspensión de su programa nuclear.

Armamento utilizado

Durante el conflicto, ambos bandos utilizaron armamento no convencional, en violación del derecho internacional humanitario. Hizbulá, empleando tácticas de guerrilla, lanzó misiles con munición de fragmentación contra la ciudad de Haifa, que Israel afirmó eran de origen iraní, aunque existe consenso sobre el suministro sirio e iraní. Además, utilizó misiles antitanques, como el RPG-29 de fabricación soviética, logrando dañar 52 tanques Merkava, cinco de los cuales fueron destruidos completamente.

Israel, por su parte, aprovechó su superioridad aérea y utilizó principalmente bombas antibúnkeres en sus ataques sobre Beirut, dirigidos a infraestructuras civiles. También hizo uso de bombas de fósforo blanco, admitiendo su empleo únicamente en objetivos militares, aunque se sospechó que también afectaron a población civil. A pesar de las denuncias sobre el uso de bombas de uranio empobrecido, una investigación de la ONU desestimó esa acusación. Asimismo, las bombas de racimo empleadas por Israel causaron daños incluso después de finalizadas las hostilidades.

Las Fuerzas de Defensa de Israel también impusieron un bloqueo marítimo sobre el Líbano mediante su flota de guerra, que realizó ataques con misiles de forma intermitente. En tierra, sus fuerzas contaban con divisiones acorazadas, utilizando tanques Merkava de fabricación local y armamento de última generación para la infantería, incluida la participación de unidades élite como la Brigada Golani.

Antecedentes de los conflictos

Aunque las guerras de 1948 y 1967 no afectaron directamente el territorio del Líbano, miles de palestinos se refugiaron allí tras ser expulsados de sus tierras. Aproximadamente 140.000 llegaron luego de la primera guerra, y ese número aumentó a 400.000 tras la segunda guerra y la expulsión de Jordania en 1971, representando así el 15% de la población libanesa. El sur del país se convirtió en un bastión para la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y sus brigadas de Fatah, que, tras varios choques con el ejército libanés, lograron un acuerdo secreto que les permitió moverse con libertad. Los ataques de los fedayines desde el sur del Líbano hacia Galilea provocaron represalias israelíes, como el bombardeo del aeropuerto de Beirut. Además, Israel empezó a armar a las Falanges Libanesas cristianas, lo que, sumado a las tensiones religiosas e ideológicas, contribuyó al estallido de la Guerra Civil Libanesa en 1975.

El conflicto se agravó con las intervenciones militares de Siria en 1976 y de Israel en 1978 y 1982. La invasión israelí de 1982 resultó en la expulsión de la OLP hacia Túnez, lo que creó un vacío de poder que intensificó la guerra civil. El país quedó dividido en zonas de influencia, con grupos partidistas controlando territorios de manera casi autónoma. Entre ellos, Hizbulá, financiado y armado por Irán, dominaba el valle de la Bekaa y emprendió una lucha armada para expulsar a Israel del Líbano. Israel, por su parte, se replegó a una «franja de seguridad» en la frontera sur, apoyándose en el Ejército del Sur del Líbano (SLA, por sus siglas en inglés), una milicia patrocinada por Israel.

La firma del Acuerdo de Taif en 1989 marcó el final de la guerra civil, reflejando los cambios demográficos ocurridos durante el conflicto. Los cristianos maronitas, que representaban el 29% de la población en 1932, se habían reducido al 23%, mientras que los chiíes aumentaron al 31% y los suníes al 27%. Aunque la mayoría de las facciones acordaron desarmarse, tanto Hizbulá como el SLA se negaron a hacerlo. En el año 2000, Israel se retiró del sur del Líbano hasta la Línea Azul, la frontera internacionalmente reconocida y demarcada por la ONU, lo que resultó en el colapso del SLA. Hizbulá tomó rápidamente el control del área y continuó hostigando a las fuerzas israelíes a lo largo de la frontera, utilizando la táctica de capturar soldados israelíes para intercambios de prisioneros, como el que se llevó a cabo en 2004.

El estallido de la guerra

Ese mismo día, el grupo terrorista confirmó, a través de su canal de televisión Al-Manar, que había capturado a dos soldados israelíes, afirmando que la operación se llevó a cabo en territorio libanés cerca de Aitaa al-Chabb. Mientras tanto, Israel sostuvo que el ataque ocurrió en su propio territorio y acusó al gobierno libanés de ser responsable. En respuesta, el ejército israelí lanzó la Operación Recompensa Justa, su primera gran ofensiva en el Líbano desde su retirada en el año 2000. La operación incluyó bombardeos masivos sobre infraestructura civil y militar, dejando decenas de civiles muertos y bloqueando el país por aire y mar.

En febrero de 2007, durante la Comisión Winograd, el primer ministro israelí Ehud Ólmert reveló que la captura de los soldados activó un plan de contingencia preparado meses antes, el cual preveía una intervención a gran escala en el Líbano. Olmert defendió su decisión, basada en evaluaciones de sus altos mandos militares, quienes advertían que Israel perdería su capacidad de disuasión si no respondía a la captura de sus soldados. Sin embargo, parte de la población israelí interpretó la respuesta como una reacción apresurada y carente de experiencia militar, mientras que el jefe del Mossad, Meir Dagan, señaló que había pedido retrasar la operación.

La ofensiva israelí generó reacciones mixtas en la comunidad internacional. Naciones Unidas criticó la magnitud de la respuesta, considerándola un uso excesivo de la fuerza, mientras que Hizbulá declaró la guerra abierta a Israel. Esta declaración fue inicialmente rechazada por el primer ministro libanés, Fuad Siniora, aunque la violencia continuó escalando en las semanas posteriores.

El 20 de septiembre, el ministro de Defensa de Israel, Amir Péretz, declaró que Israel pretendía completar la retirada de tropas del Líbano ese mismo fin de semana. El Ejército dijo que se había retirado de más del 80% del territorio conquistado durante la guerra, cediéndolo a los cascos azules de la ONU, bajo la misión de pacificación FPNUL II, una versión ampliada de la existente en el área.190​

El 30 de septiembre, las tropas israelíes cruzaron la frontera sur del Líbano, iniciando la fase final de su retirada, cumpliendo con la resolución de la ONU que puso fin al conflicto con Hizbulá, según informaron fuentes de seguridad israelíes. Autoridades militares señalaron que esperaban completar la retirada de sus fuerzas antes del inicio de Yom Kippur, el día más sagrado del calendario judío.

El 1 de octubre, la ONU confirmó que el ejército israelí había abandonado las últimas posiciones que mantuvo por más de dos meses en el sur del Líbano, con excepción de un área fronteriza estratégica, de la cual se esperaba retirarse la semana siguiente. Israel informó que mantendría su presencia en el sector de Ghajar hasta alcanzar un acuerdo sobre seguridad con los cascos azules de la ONU y el ejército libanés, que ya estaban desplegándose en la zona.

Pese a su retirada casi completa, Israel lanzó una advertencia a Hizbulá, quien se resistía a desarmarse. Dan Halutz, jefe de las fuerzas armadas israelíes, afirmó que, si se acercaba a la frontera armado o intentaba reconstruir sus infraestructuras destruidas, utilizarían todos los medios a su disposición para impedirlo.

Esta retirada marcó un importante paso en la aplicación de la resolución de la ONU, aunque la situación seguía siendo tensa, con ambos bandos mostrando desconfianza. La comunidad internacional observaba con cautela, mientras el Líbano intentaba restablecer su estabilidad en el sur del país, bajo la vigilancia de las fuerzas internacionales.

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