La izquierda abertzale pisa los talones a Chivite y exige entrar en el Gobierno foral tras desplazar a Geroa Bai como tercera fuerza política
The post Preocupación en Navarra: Bildu se dispara y presiona al PSN first appeared on Hércules. EH Bildu avanza con paso firme en Navarra, hasta el punto de colocarse a menos de cuatro puntos del PSN, el partido que lidera la presidenta foral María Chivite. Con una estimación del 20,3% de los votos y entre 10 y 11 escaños, la izquierda abertzale no solo consolida su tercer puesto, sino que se prepara para reclamar una cuota real de poder en el próximo Ejecutivo autonómico. Lo hace a costa de Geroa Bai, formación que ampara al PNV, cada vez más debilitada y ya reducida a entre tres y cuatro parlamentarios.
En paralelo, el PSN se refuerza y subiría hasta los 12 o 13 escaños, frente a los 11 actuales, lo que mantiene a Chivite como segunda fuerza. La socialista, que lidera además el ranking de valoración ciudadana con un 5,1, necesitaría reeditar su alianza con Geroa Bai y Contigo-Zurekin (coalición en la que están Podemos e IU). Sin embargo, este bloque, aún ampliado, no alcanzaría mayoría absoluta, obligando a abrir la puerta a Bildu.
Pactos incómodos
La situación marcaría un giro respecto a 2023, cuando EH Bildu permitió la investidura de Chivite con una abstención sin entrar en el Ejecutivo. Esa fórmula sirvió entonces para que el PSN negara un pacto de Gobierno con los abertzales. Pero el nuevo escenario es distinto: Bildu ya no es solo necesario para investir, sino también para gobernar. Y esa condición les permitiría exigir carteras, incluso la vicepresidencia del Gobierno foral.
El avance de los independentistas frente a los nacionalistas clásicos se evidencia en la evolución del voto. En 2019, Bildu ya superó a Geroa Bai con una ventaja de cuatro puntos; ahora esa distancia se multiplica hasta más de 13 puntos. Mientras Bildu suma electores, Geroa Bai se desangra: pierde más de seis puntos, buena parte de ellos absorbidos por PSN y los propios abertzales.
UPN se mantiene, pero sin opciones
Por el flanco derecho, Unión del Pueblo Navarro (UPN) sigue como primera fuerza, con un 28,6% de los votos y 15 escaños, los mismos que en 2023. Pero el estancamiento y la falta de socios suficientes le impiden aspirar al poder: ni con PP ni con Vox alcanzaría la mayoría. El Partido Popular sube apenas dos décimas y lograría un escaño más, pasando a ser cuarta fuerza, mientras Vox repetiría con dos escaños.
La fragmentación del centro-derecha sigue lastrando su potencial. La ruptura de listas entre UPN y PP dispersa el voto y refuerza indirectamente a los bloques de izquierda. Esta debilidad estructural vuelve a dejar en manos de los socialistas —y, por extensión, de EH Bildu— el futuro político de Navarra.
Presión sobre el discurso socialista
El dilema del PSN es evidente. Un acuerdo formal con EH Bildu pondría a prueba los límites del relato socialista, sobre todo en un partido que insiste en no pactar con herederos de ETA. Hasta ahora, Chivite ha sorteado esa presión gracias a fórmulas indirectas. Pero con Bildu pisándole los talones y convertido en actor imprescindible, el pacto podría dejar de ser implícito para transformarse en una coalición con todas las letras.
En ese escenario, la única alternativa que evitaría una alianza con Bildu sería un acuerdo con UPN, opción que existió en el pasado pero que hoy parece descartada por completo. La presión de Madrid, los equilibrios internos del PSOE y la oposición frontal de las bases navarras hacen inviable ese entendimiento.
El auge de Bildu no es exclusivo de Navarra. En el País Vasco, los abertzales ya igualaron al PNV en escaños en 2024 y en el Congreso superan en dos diputados a los nacionalistas. Se trata de una reconfiguración del mapa político vasco-navarro, donde la izquierda independentista gana terreno frente al nacionalismo tradicional y se erige en actor central de la gobernabilidad.
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