¿Realmente se va Wagner de Malí?

¿Realmente se va Wagner de Malí?

El Africa Corps toma el relevo de Wagner en Malí para consolidar la influencia rusa en el Sahel, bajo un control directo del Kremlin
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                                              Vídeo promocional de Wagner reivindicando su legado en Malí

De Wagner a Africa Corps, en juego la presencia rusa en el Sahel

Un relevo militar, pero no un repliegue estratégico. Tras tres años de operaciones en Malí, el influyente grupo paramilitar ruso Wagner abandona oficialmente el país africano, dejando paso al llamado Cuerpo de África (Africa corps), una nueva estructura militar más centralizada y bajo el control directo del Ministerio de Defensa ruso. Pese al cambio de nombre, el objetivo se mantiene: consolidar la presencia rusa en el Sahel y garantizar el dominio geoestratégico de Moscú en la región.

“El grupo Wagner se va, pero la presencia rusa sigue”, aseguraba el pasado viernes un mensaje difundido por uno de los canales de Telegram afines a la organización. La salida se confirma como parte de un relevo planificado. “Oficialmente, Wagner pone fin a su presencia en Malí. Pero el Cuerpo de África está tomando el relevo”, confirmó a la AFP una fuente diplomática en el Sahel.

Emblema del Grupo Wagner en Malí

Esta nueva facción, cuyo primer contingente de 200 combatientes llegó a Bamako en diciembre de 2024, ha crecido rápidamente. Hoy cuenta con más de 1.500 hombres, según fuentes de inteligencia occidentales. Su misión es clara: proyectar el poder de Rusia en África y reforzar su influencia militar y económica tras la caída del líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, muerto en un accidente aéreo en agosto de 2023 tras un fallido motín contra el Kremlin.

De Wagner al Cuerpo de África: continuidad bajo supervisión estatal

A diferencia del estilo semi-autónomo y opaco de Wagner, el Cuerpo de África responde de manera directa a las órdenes del Estado ruso. Su mando operativo está bajo la autoridad del Ministro de Defensa de Rusia, y su estructura es más jerárquica, con procedimientos más burocráticos y una menor flexibilidad táctica, lo que genera escepticismo en sectores del ejército maliense.

Varios excomandantes de Wagner han sido integrados en este nuevo modelo. Entre ellos destacan figuras como Andrei Ivanov, Ruslan Zaprudsky y Alexander Kuznetsov, conocidos por su historial en Ucrania, Siria y Libia. Según fuentes rusas, entre un 70% y un 80% de los efectivos del Cuerpo de África provienen de la antigua Wagner, a los que se suman reclutas jóvenes destinados a reponer las bajas.

El refuerzo militar no se limita a personal. En enero de 2025, Rusia entregó más de un centenar de vehículos blindados y tanques a Malí, en una señal inequívoca del compromiso a largo plazo del Kremlin con la junta maliense. Moscú ha convertido la cooperación con Bamako en un pilar de su estrategia africana.

Vídeo promocional del Africa Corps

La nueva cara del poder ruso en África

Malí, un país de África Occidental asediado por los ataques de grupos yihadistas y gobernado por una junta militar, ha roto sus alianzas tradicionales con Occidente y se ha alineado militar y políticamente con Rusia. El cambio no solo responde a motivos de seguridad, sino también a intereses geopolíticos y económicos más amplios.

Aunque algunos militares malienses valoraban la “eficiencia y adaptabilidad” de Wagner, ahora perciben en el Cuerpo de África una organización más rígida. También se sospecha que los incentivos económicos informales que fluyeron bajo la estructura anterior podrían desaparecer. Sin embargo, el mensaje oficial permanece inalterado: la presencia rusa se intensifica. “Esto no representa un retroceso. Al contrario, estamos reforzando nuestro apoyo a Malí”, reza otro comunicado del grupo.

Vídeo de integrantes del Africa Corps en misión en Malí

Las sombras del legado Wagner: abusos y recursos expoliados

Pese a sus afirmaciones de éxito, el paso de Wagner por Malí deja un rastro de violencia e impunidad. Diversas ONG internacionales acusan al grupo de cometer abusos contra civiles, incluidas masacres, detenciones arbitrarias y torturas, especialmente en operaciones conjuntas con las fuerzas malienses. Hasta el momento, no hay garantías de que el Cuerpo de África actuará con mayor respeto a los derechos humanos.

El modelo de Rusia en África va más allá de lo militar. Controlar recursos estratégicos es parte fundamental del esquema. En la República Centroafricana, Wagner domina explotaciones de oro y diamantes a través de empresas como Lobaye Invest. En Ndassima, uno de los yacimientos más ricos del país, se extraen más de 200.000 millones de francos CFA al año sin que la población local vea beneficio alguno.

Las operaciones se extienden a Boda y la prefectura de Lobaye, donde además de minerales, se exporta madera preciosa. En 2024, el presidente Faustin-Archange Touadéra firmó un contrato minero por 25 años con Rusia, consolidando el control de los recursos por parte de las redes de Wagner. Desde entonces, la transparencia ha retrocedido: los contratos eluden al Parlamento, se negocian directamente con la Presidencia y carecen de supervisión.

Este giro ha hecho que la República Centroafricana, que fue reconocida por la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI) en 2011, hoy enfrente crecientes críticas por la opacidad en la gestión de sus recursos.

Rusia utiliza puerto de Guinea como ruta clave para enviar armamento a Malí

Según el informe, al menos tres convoyes cargados con armamento ruso han sido enviados por vía marítima hasta la capital guineana en lo que va de año. Desde allí, el equipo se ha trasladado por carretera a Malí, un país sin salida al mar que ha reforzado su cooperación militar con Rusia tras los golpes de Estado de 2020 y 2021.

El último de estos convoyes fue confirmado por el canal estatal ORTM el 31 de mayo. Según las autoridades malienses, el objetivo sería “reforzar las capacidades operativas” del ejército nacional, aunque la procedencia exacta del material no ha sido confirmada oficialmente por las Fuerzas Armadas de Malí.

Plano del tráfico de armas de Africa Corps/Wagner a través de Guinea Conakry

RFI indica que el material llegó a bordo de buques rusos sancionados internacionalmente, como el Baltic Leader y el Patria, ambos parte de la llamada “flota en la sombra” del Kremlin, que ya ha sido utilizada para transportar armamento en conflictos como el de Siria.

Imágenes satelitales proporcionadas por la firma Maxar y testimonios locales confirmaron que el convoy cruzó territorio guineano por la carretera nacional 1, con dirección a Bamako. Las dificultades para documentar visualmente estos movimientos en Guinea se deben, según fuentes citadas por RFI, a los riesgos que implica grabar o fotografiar operaciones militares en ese país.

Armamento de última generación

Este movimiento logístico coincide con la retirada oficial del grupo paramilitar Wagner de Malí el pasado 6 de junio, en favor del nuevo Cuerpo de África, una fuerza más controlada directamente por el Kremlin. Analistas militares, como Yann Boivin del blog Blablachars, han identificado en las imágenes recientes vehículos blindados BTR de guerra electrónica, Vystrel con cañones automáticos, vehículos Spartak, artillería D30 y D20, y hasta botes inflables, lo que sugiere una diversificación del equipo enviado en comparación con convoyes anteriores.

La utilización del puerto de Conakry responde a razones geoestratégicas. Guinea ofrece un acceso logístico menos vigilado que otros países de la región como Costa de Marfil o Camerún, según Lou Osborn, del colectivo All Eyes On Wagner. Esto ha permitido a Rusia establecer un corredor de suministros hacia el Sahel sin levantar sospechas inmediatas.

Por ahora, no está claro si el equipo está destinado exclusivamente al ejército maliense o también será utilizado por tropas rusas desplegadas bajo el nuevo Cuerpo de África. Lo cierto es que la región del Sahel se convierte en un nuevo eje de influencia para Moscú, tras la reducción de su margen de maniobra en Siria y otros frentes internacionales.

Pobreza e inseguridad: el otro rostro del oro africano

El 1 de junio, esa realidad se evidenció con crudeza. Alrededor de 200 combatientes de Katiba Macina, una facción del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), atacaron el campamento militar de Boulkessi, en el centro de Malí. El resultado fue devastador: al menos 30 soldados malienses muertos, aunque algunas fuentes elevan la cifra por encima de 100. También se reportaron bajas entre los mercenarios rusos: hasta 15 efectivos podrían haber muerto en el ataque.

Los yihadistas saquearon e incendiaron el campamento, capturaron a varios militares —incluido el comandante del destacamento— y difundieron vídeos macabros donde caminan sobre los cadáveres de soldados en trincheras. La fuerza aérea maliense, con apoyo de un dron TB2 Bayraktar procedente de Burkina Faso y un bombardero Sukhoi SU-24, respondió con una operación de persecución, que según el Ministerio de Defensa neutralizó a varios atacantes.

Escaramuzas con grupos de tuaregs y yihadistas

Este episodio es solo el último indicio del avance yihadista en la región fronteriza entre Malí y Burkina Faso, donde JNIM gana terreno con rapidez, aprovechando el caos y el debilitamiento de las Fuerzas Armadas Malienses (FAMa). En Kidal, en el norte de Malí, el Frente de Liberación de Azawad (FLA) llevó a cabo una emboscada selectiva contra un vehículo perteneciente al Africa Corps. El ataque se produjo a lo largo de una ruta desértica utilizada con frecuencia por unidades de patrulla rusas y malienses.

En el terreno, las fuentes dicen que la emboscada fue rápida, utilizando armas ligeras y posiblemente artefactos explosivos improvisados, alcanzando el vehículo durante un movimiento de rutina cerca de las afueras de la ciudad. El personal ruso ha estado cada vez más activo en la región, asesorando a las fuerzas malienses y operando en áreas recientemente reingresadas por los militares. El FLA sigue activo en todo Kidal y sigue participando en operaciones de ataque y fuga, centrándose en interrumpir las líneas de suministro y los movimientos militares extranjeros en el norte.

El futuro de la presencia rusa en África, Rusia para rato

El relevo de Wagner por el Cuerpo de África no representa una retirada, sino una reorganización estratégica. A través de una presencia militar más institucionalizada y un control directo desde Moscú, el Kremlin apuesta por convertir a países como Malí, Burkina Faso y la República Centroafricana en pivotes de su expansión africana.

El discurso oficial habla de apoyo mutuo y cooperación. La realidad, sin embargo, muestra una región cada vez más dependiente de actores extranjeros, atrapada entre el yihadismo, la opacidad institucional y el expolio sistemático de sus recursos. El nombre cambia, pero la lógica de dominio permanece.

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