En 1962 la condesa de París asistió al baile de la boda de los entonces príncipes Juan Carlos y doña Sofía con el aderezo de zafiros de la reina María Amelia, una de las pérdidas que ha sufrido el Louvre en el que se ha convertido en uno de los peores robos de su historia.
En 1962 la condesa de París asistió al baile de la boda de los entonces príncipes Juan Carlos y doña Sofía con el aderezo de zafiros de la reina María Amelia, una de las pérdidas que ha sufrido el Louvre en el que se ha convertido en uno de los peores robos de su historia.