Los guantes de goma son indispensables para proteger las manos a la hora de la limpieza. Pero a menudo desarrollan un olor desagradable en su interior. Puedes pensar que el problema es la suciedad externa, pero la verdadera causa está oculta. Ese olor se debe a las bacterias que proliferan en el ambiente oscuro que
The post ¿Tus guantes de limpieza huelen feo? Sigue esta guía para que nunca vuelva a pasar appeared first on Mejor con Salud. Los guantes de goma son indispensables para proteger las manos a la hora de la limpieza. Pero a menudo desarrollan un olor desagradable en su interior. Puedes pensar que el problema es la suciedad externa, pero la verdadera causa está oculta.
Ese olor se debe a las bacterias que proliferan en el ambiente oscuro que se crea dentro del guante, por el sudor y la humedad atrapada. Eliminar el mal olor y evitar que regrese requiere de seguir una rutina de secado primero, y de posterior desodorización. Sigue estos pasos.
1. Lava el exterior
Antes de quitarte los guantes, cuando todavía los tienes puestos, lávalos bien por fuera bajo el grifo con agua y el mismo jabón que usas para los platos. Esto elimina cualquier residuo de productos de limpieza agresivos o suciedad que podría haber quedado. Sacude bien el exceso de agua.
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2. Dales la vuelta
Quítate un guante y, antes de que se seque, dale la vuelta con cuidado. Un truco fácil es empezar a girarlo desde el borde de la muñeca hacia los dedos, como si te quitaras un calcetín. Puedes soplarlos cuando te los quites, para estirar bien la parte de los dedos. Al exponer el interior, permites que el lavado y el secado sean efectivos. Repite con el otro guante.
3. Lava el interior
Con los guantes ya del revés, lávalos de nuevo con agua tibia y jabón de platos. Presta especial atención a la zona de los dedos y las palmas, frotando con tus propias manos o con un cepillo suave para eliminar la película de sudor y bacterias. Enjuágalos a fondo hasta que no quede ningún resto de jabón que pueda irritar tu piel en el próximo uso.
4. Seca el interior
Este es el paso fundamental contra el mal olor. Cuelga los guantes, todavía del revés, en un tendedero o en el borde de un escurridor de platos, usando pinzas de la ropa para sujetarlos por la base. Asegúrate de que estén en un lugar con buena circulación de aire, lejos de la luz solar directa que pueda deteriorar el material.
Déjalos ahí hasta que el interior esté completamente seco al tacto. Este proceso puede tardar varias horas, pero es la única forma de garantizar que las bacterias no vuelvan a proliferar y a generar mal olor.
5. Desodoriza con bicarbonato de sodio o talco
Cuando el interior esté seco, espolvorea una pequeña pizca de bicarbonato de sodio o talco dentro de cada uno. Agítalos para que se distribuya en una fina capa. Ambos productos son excelentes para absorber la humedad y neutralizar olores. De esa forma, los mantendrás secos y frescos.
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Consejos adicionales para prevenir que el olor regrese
- Guárdalos en un lugar ventilado: evita guardar los guantes en un lugar húmedo y oscuro, como debajo del fregadero. Un ambiente seco y con buena ventilación es ideal.
- Alterna los pares de guantes: Si los usas a diario, tener dos pares te permite alternarlos. Así, un par siempre tiene tiempo suficiente para secarse por completo mientras usas el otro.
- Considera usar forros de algodón: si tus manos sudan mucho, usar unos guantes finos de algodón debajo de los de goma puede ayudar a absorber el sudor, manteniendo el interior de los otros más seco.
Si tus guantes huelen mal ahora, no los tires. Lávalos por dentro esta misma noche y déjalos secando del revés. Mañana por la mañana, espolvorea un poco de bicarbonato en su interior y notarás la diferencia en el próximo uso.
Como dato adicional, recuerda cuidar tu piel después de cada uso. Aunque los guantes la protegen de los productos de limpieza, el ambiente que crean puede resecarla. Después de lavarte las manos, acostúmbrate a aplicar una buena crema de manos para mantener la piel cuidada.
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