Mientras Ucrania invita a líderes europeos a conmemorar la lucha contra el nazismo el 9 de mayo, surgen crecientes controversias por la reivindicación de unidades colaboracionistas con la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. El conflicto con Rusia ha acelerado un proceso de revisionismo histórico que divide tanto a historiadores como a observadores internacionales
The post Ucrania y la sombra del nazismo que empaña el día nacional del 9 de mayo first appeared on Hércules. En un gesto simbólico, Ucrania ha invitado a altos representantes de la Unión Europea a visitar Kiev el próximo 9 de mayo, fecha que en Rusia marca el Desfile de la Victoria, conmemoración del triunfo sobre el nazismo. Esta invitación busca reivindicar que millones de ucranianos también lucharon en el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial y desmentir la idea de que la victoria fue exclusivamente rusa.
Sin embargo, mientras Ucrania se posiciona como heredera de la lucha contra el nazismo, su política de memoria histórica actual plantea complejas contradicciones. Desde la Revolución del Maidán en 2014, y especialmente tras la invasión rusa de 2022, el país ha intensificado una política de desovietización, eliminando nombres de calles, estatuas y monumentos vinculados al Ejército Rojo o a la era soviética. Muchos de estos lugares conmemoraban a combatientes que eran, en su mayoría, también ucranianos.
Este vacío simbólico ha sido ocupado, en parte, por figuras nacionalistas de la Segunda Guerra Mundial que, en diversos grados, colaboraron con la Alemania nazi. Uno de los casos más controvertidos es el de la 14ª División de Granaderos Waffen-SS (también conocida como División Gallega), formada en 1943 bajo autoridad nazi y con juramento de lealtad a Adolf Hitler. Aunque algunos sectores la presentan como un símbolo de lucha por la independencia ucraniana, numerosos estudios documentan la participación de esta unidad en operaciones punitivas contra civiles, el Holocausto y represión de movimientos partisanos en Polonia, Ucrania, Eslovaquia y la antigua Yugoslavia.
Un homenaje reciente publicado por la 3ª Brigada de Asalto del ejército ucraniano en Telegram exaltaba el “sueño de un ejército y un Estado propios” de los voluntarios de esta división, sin mencionar su nombre completo ni su contexto histórico. En 2023, esta misma brigada organizó una exposición en el Museo de la Ciudad de Kiev, donde soldados modernos recreaban escenas de la División Gallega, asociando su lucha actual contra Rusia con la lucha de los colaboracionistas contra la URSS. El gobierno ucraniano no emitió ninguna objeción oficial.
La apología no se limita a la División Gallega. En otras unidades militares, como los Cárpatos-Sich-49, se han identificado insignias con el león ruteno —emblema de la División—, y se celebran fechas clave de su historia. Otro caso es el de la unidad “Lobos Da Vinci”, que elogiaron la “valentía” de la División en redes sociales. En 2023 se formó además una unidad militar llamada “Nachtigall”, evocando al batallón creado por la inteligencia militar nazi en 1941, bajo el mando del nacionalista Roman Shukhevych. Esta unidad participó en pogromos antisemitas y más tarde en represalias contra civiles en Bielorrusia.
La controversia no se limita al plano interno. La Embajada de Ucrania en Lituania llevó una exposición itinerante con contenidos similares a ciudades como Vilna. Estas narrativas, que reinterpretan figuras y unidades vinculadas al colaboracionismo nazi, han pasado en gran medida desapercibidas o sin crítica por parte de los aliados occidentales de Ucrania, centrados en la urgencia del conflicto con Rusia.
La glorificación de estas figuras históricas plantea preguntas incómodas, especialmente en un país que históricamente pagó un altísimo precio por la lucha contra el Tercer Reich. ¿Puede la oposición al dominio soviético justificar la alianza con el régimen nazi? ¿Deberían los líderes europeos que visiten Kiev interpelar al gobierno ucraniano sobre estas ambigüedades en su narrativa histórica?
La guerra en curso ha exacerbado la instrumentalización de la memoria. En tiempos de conflicto, las líneas entre héroes y traidores, entre resistencia y colaboración, se vuelven más difusas. Pero este silencio —particularmente por parte de los aliados occidentales— sobre la creciente presencia de discursos revisionistas y apologéticos puede socavar los valores democráticos que, paradójicamente, se busca defender.
Ucrania enfrenta el desafío de construir una identidad nacional basada en una memoria reconciliada y honesta. Sin ese esfuerzo, la legitimidad de su narrativa histórica podría verse erosionada tanto dentro como fuera de sus fronteras.
The post Ucrania y la sombra del nazismo que empaña el día nacional del 9 de mayo first appeared on Hércules.