El mundo del fútbol lamenta el fallecimiento de Hugo Gatti, un portero que revolucionó su posición y un personaje único, dentro y fuera del campo de juego.
The post Un Loco de verdad first appeared on Hércules. El fútbol argentino despidió este domingo a una de sus grandes leyendas. Tras dos meses de internación, Hugo Orlando Gatti falleció a sus 80 años. Se fue el Loco, pero no cualquier loco. El Loco de verdad. El que llegó para romper con lo establecido. Todo un pionero. El que transformó un puesto que antes de él era más aburrido de todos. El primero que lo llenó de gracia y color. Parece fácil, pero había que estar loco en aquel momento para animarse a tanto.
El arquero que se convirtió en ídolo
Hugo Gatti nació en Carlos Tejedor, Provincia de Buenos Aires en 1944 y desde muy joven supo que no había que hacer lo mismo que todos. Lo suyo no era solo atajar. Arrancó en Atlanta y no tardó en llamar la atención de River, donde lo imaginaron como el heredero natural de Amadeo Carrizo. Nada menos. La presión no fue poca: debutó reemplazando a Néstor Errea y cometió algunos errores, pero eso nunca lo achicó. El personaje crecía y a River no le gustó tanto. Lo mandaron a Gimnasia y allí empezó a convertirse en lo que sería: un arquero completo, atrevido, con técnica y con show.
En 1975 pasó a Unión donde se reencontró con Juan Carlos Lorenzo, el entrenador que en 1966 lo había convocado para el Mundial de Inglaterra y que también lo llevaría a Boca en 1976 para comenzar a transitar juntos la etapa más gloriosa de sus carreras. Con la camiseta azul y oro, Gatti encontró su lugar en el mundo.
Se transformó en ídolo antes de jugar. Los 6 títulos de su carrera los ganó en el Xeneize, entre ellos el Nacional 1976 con final incluida ante River y las dos primeras Copas Libertadores del club en 1977 y 1978. En total, fueron 381 partidos a lo largo de 12 años. Pero por sobre todas las cosas, se trató un idilio que pocos han alcanzado con la hinchada bostera.
Los 765 encuentros que llevaba disputados en 1988 cuando colgó los guantes con 44 años lo han convertido en el jugador con más encuentros disputados en la Primera División de Argentina, récord que permanece imbatido al día de hoy. Gatti es también, junto a Ubaldo Fillol, el que más penaltis ha atajado con 26 cada uno.

Un loco, un genio
La melena, la vincha, las camisetas ajustadas, las declaraciones explosivas, las salidas del área como un líbero, la sonrisa siempre lista. Todo eso fue Gatti. Nunca pasó desapercibido. Se autoproclamaba el primer arquero moderno, y tenía con qué.
Salía jugando con los pies, anticipaba a los delanteros como un defensor más. Hoy a nadie le llamaría la atención. En su época era demencial. Por eso le decían el Loco. Porque se animaba a cosas que nadie más. Porque no respetaba el libreto. Y porque siempre entendió que el fútbol era también espectáculo. “El hincha no puede irse solo con un resultado, tiene que llevarse algo más”, decía.
Ese espíritu libre lo llevó inventar una parada, “la de Dios”. Consistía en salir a tapar el disparo del atacante de rodillas, con los brazos abiertos y la cara sin protección. Muchos intentaron imitarlo, pero a nadie le salía como a él.
Frontal como nadie, también llegó a decirle “gordito” a Maradona antes de un Boca – Argentinos Juniors. Diego le respondió con 4 goles. Pero el Loco era así. Vestía como quería, pensaba como quería, hablaba sin filtro. Y eso también lo hizo tan querido en España, donde en los últimos años se transformó en una figura televisiva en “El Chiringuito”. Un panelista ácido y sin tapujos, que no dudó en pegarle a Messi incluso después de ser campeón del Mundo. El personaje también era parte de él.

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