Mike Rogers, exdirector de la NSA, desmintió ante el FBI un artículo del Washington Post sobre Trump y la colusión rusa, calificándolo de inexacto. A pesar de ello, el reportaje ganó un Pulitzer, y Trump ahora demanda al comité del premio por difamación
The post Mike Rogers y su papel frente al reporte del Washington Post sobre Trump y la colusión rusa first appeared on Hércules. Mike Rogers/CBS News
Mike Rogers, exjefe de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), negó ante agentes del FBI la veracidad de un reportaje del Washington Post que vinculaba a Donald Trump con intentos de frenar la investigación por colusión con Rusia. Según archivos recién desclasificados obtenidos por el medio Just the News, Rogers desestimó la versión publicada en mayo de 2017, asegurando que su conversación con Trump fue tergiversada.
El artículo del Post, que afirmaba que Trump presionó a altos funcionarios de inteligencia para desmentir públicamente la existencia de pruebas de colusión, se convirtió en una de las piezas galardonadas con el Pulitzer en 2018. Sin embargo, en junio de ese mismo año, Rogers explicó al equipo de investigación de Mueller que el entonces presidente solo le consultó por información SIGINT (inteligencia de señales), no para negar la investigación en sí.
No está claro si el diario sabía de la negativa de Rogers antes de publicar, pero los registros muestran que él brindó esa versión a los investigadores un mes después. Durante esa entrevista, Rogers revisó junto al fiscal especial adjunto Aaron Zebley un memorando redactado por él y su adjunto, Richard Ledgett, inmediatamente tras la llamada con Trump. Ambos firmaron ese documento, considerándolo una precaución por la inusual llamada dominical.
Rogers detalló que Trump expresó frustración por la investigación sobre Rusia y opinó que las acusaciones eran prematuras. Aunque el presidente manifestó dudas sobre la autoría rusa de los hackeos, en ningún momento pidió negar la investigación, según Rogers. Durante la charla, Trump preguntó si Rogers podía “decir eso públicamente”, algo que el almirante interpretó como una consulta sobre los límites de lo clasificado, no un pedido para manipular información.
Pese a la refutación, la historia del Post fue incluida entre los trabajos que obtuvieron el Pulitzer. El artículo citaba a fuentes anónimas que afirmaban que Trump había instado tanto a Rogers como al entonces director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, a desacreditar la investigación del FBI. La Casa Blanca y la NSA no comentaron públicamente al respecto en ese momento.
Más tarde, el entonces congresista Adam Schiff usó estas afirmaciones para acusar a Trump de interferir con el FBI, contribuyendo a una narrativa que sería desmontada con el paso del tiempo. En 2023, Schiff fue censurado por el Congreso por promover teorías infundadas basadas en el expediente Steele.
Durante una audiencia en junio de 2017, Rogers se negó a compartir detalles específicos sobre su conversación con Trump, pero aseguró que jamás fue presionado para actuar de forma ilegal o inapropiada en su rol. El informe final de Mueller, publicado en 2019, concluyó que Rogers no sintió que se le hubiese ordenado frenar la investigación, y que Trump no le pidió rechazar la indagatoria sobre Rusia.
El fiscal John Durham también interrogó a Rogers, quien reiteró no haber visto pruebas que respaldaran las acusaciones de colusión. Rogers negó recordar discusiones con otras agencias de inteligencia sobre supuestos vínculos entre la campaña de Trump y Rusia.
A raíz de estas revelaciones, Trump presentó una demanda por difamación contra la Junta del Premio Pulitzer en diciembre de 2022, argumentando que el premio se basó en reportes falsos. El exmandatario asegura que estas historias crearon una percepción errónea entre los estadounidenses y que premiar tales reportajes constituye una forma de difamación indirecta.
La Junta del Pulitzer defendió sus decisiones, señalando que comisionó revisiones independientes que no hallaron errores sustanciales en los artículos premiados. Según su declaración de julio de 2022, ambos análisis concluyeron que las afirmaciones de los reportajes no habían sido desacreditadas por evidencia posterior.
Sin embargo, Trump sostiene que la Junta actuó con “conocimiento o desprecio temerario” de la falsedad de las publicaciones. Acusa al comité de ignorar hallazgos oficiales que desacreditan los reportajes y de seguir promoviendo una narrativa refutada por múltiples investigaciones.
En enero de 2024, la Junta del Pulitzer solicitó protección judicial para mantener en privado ciertos documentos del proceso de descubrimiento, alegando que Trump buscaba avergonzar a sus miembros y a la prensa. En respuesta, el equipo legal de Trump alegó que esa defensa carece de fundamento legal y representa un intento de evadir responsabilidades.
El juez del tribunal de circuito de Florida, Robert L. Pegg, desestimó la moción de la Junta para posponer la causa hasta el fin de un hipotético segundo mandato presidencial de Trump. En su fallo, Pegg indicó que el expresidente, como cualquier otro demandante, debía cumplir con las reglas del tribunal o atenerse a las consecuencias legales.
Tras la decisión judicial, la Junta expresó preocupación por el precedente que podría sentarse si un presidente puede demandar a ciudadanos privados sin permitir demandas similares en su contra. Afirmaron que evaluarían sus próximos pasos legales, reiterando su compromiso con la defensa del periodismo independiente.
El abogado de Trump, Quincy Bird, celebró el fallo como una victoria importante, reafirmando el compromiso del expresidente con la lucha contra la desinformación. Según Bird, Trump buscará rendición de cuentas de quienes, en su opinión, mintieron al público y dañaron su reputación mediante la difusión del llamado “engaño de la colusión rusa”.
Rogers, por su parte, también había manifestado escepticismo sobre partes del informe de inteligencia de 2017 sobre Rusia, especialmente en relación al polémico expediente Steele, cuyas acusaciones no fueron confirmadas. Además, se opuso a los intentos del entonces director del FBI, James Comey, de incluir afirmaciones del expediente en la evaluación oficial de la inteligencia.
Uno de los aspectos centrales del litigio se basa en si el Washington Post y el New York Times incurrieron en lo que legalmente se considera “difamación real”, es decir, publicar falsedades con conocimiento de causa o con una indiferencia temeraria hacia la verdad.
En un mitin de octubre de 2022 en Texas, Trump anunció su intención de demandar a la Junta del Pulitzer, acusando a los medios de recibir premios por reportajes que él califica de erróneos. Argumentó que esos premios perpetúan una falsa narrativa que le causó un perjuicio reputacional significativo.
Desde entonces, la batalla legal ha continuado, con la demanda superando múltiples obstáculos legales. El proceso, que avanza en Florida, podría representar un caso clave sobre los límites de la libertad de prensa y la responsabilidad de los medios cuando informan sobre figuras públicas.
Independientemente del resultado, el caso subraya las tensiones persistentes entre Trump, los medios tradicionales y las instituciones que los reconocen, en un contexto político y social donde la confianza pública en el periodismo está cada vez más dividida.
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