España y Venezuela a oscuras: un choque eléctrico entre un apagón histórico y una crisis crónica

España y Venezuela a oscuras: un choque eléctrico entre un apagón histórico y una crisis crónica

Mientras que el apagón nacional sufrido en España paralizó ciudades enteras y se calificó como “terremoto colectivo”, Venezuela enfrenta desde hace más de una década apagones constantes y prolongados que se han convertido en un símbolo de su crisis
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Este reportaje compara ambos fenómenos eléctricos, sus causas, consecuencias y contexto, para entender las diferencias y similitudes entre un apagón histórico en un país desarrollado y una crisis eléctrica crónica en una nación en crisis.

Origen y causas del apagón

España: un fallo sistémico en un sistema complejo y moderno

El apagón español comenzó a las 12:33 horas con la desconexión súbita de unos 15 gigavatios (GW) de potencia eléctrica, equivalente al 60% de la demanda nacional en ese momento. La pérdida de generación se produjo en apenas cinco segundos y desencadenó una cascada de fallos que desconectó a la península ibérica de la red europea para evitar un colapso continental.

Las investigaciones preliminares apuntan a una posible desconexión de generación solar en el suroeste peninsular, aunque no se ha identificado con certeza qué plantas fueron afectadas ni la causa exacta de la desconexión. Se sospecha que pudo haber fallos en la red o en líneas de alta tensión, o incluso un evento en alguna gran central eléctrica. Además, se detectaron oscilaciones en la frecuencia eléctrica minutos antes del apagón, lo que indica que el sistema no estaba en condiciones óptimas.

Este evento ocurrió en un contexto de transición energética, con alta penetración de energías renovables y cierre progresivo de centrales nucleares, lo que ha generado desafíos técnicos para la estabilidad de la red. 

Este evento ocurrió en un contexto de transición energética, con alta penetración de energías renovables y cierre progresivo de centrales nucleares, lo que ha generado desafíos técnicos para la estabilidad de la red. También hubo problemas recientes, como la parada de una refinería de Repsol por un fallo eléctrico ajeno a la planta días antes.

Venezuela: décadas de deterioro, corrupción y falta de mantenimiento

En contraste, los apagones en Venezuela son el resultado de una crisis energética prolongada que lleva más de diez años afectando al país. La red eléctrica, basada en gran parte en la hidroeléctrica represa del Guri, ha sufrido un mantenimiento deficiente, falta de inversión, corrupción y fuga de talento técnico, lo que ha deteriorado gravemente su capacidad operativa.

“Mega apagón” en 2019
Los apagones masivos más notorios ocurrieron en 2019, cuando un “mega apagón” dejó a gran parte del país sin electricidad durante días. Las causas técnicas incluyen incendios en líneas de alta tensión, sobrecargas por fallos en la represa de Guri y la incapacidad de las centrales termoeléctricas para suplir la demanda debido a la escasez de combustibles.

El gobierno venezolano atribuye los apagones a sabotajes y ataques externos, mientras que expertos señalan que la raíz está en la falta de mantenimiento, la corrupción y la crisis económica que impide sostener la infraestructura.

Impacto social y económico

España: un apagón histórico con consecuencias inmediatas pero controladas

El apagón paralizó servicios esenciales como el transporte ferroviario, el metro y el tráfico, que se volvió caótico por la falta de semáforos. Miles de personas quedaron atrapadas en ascensores y trenes, y se produjeron evacuaciones y altercados en algunas ciudades. Los hospitales funcionaron con generadores, evitando una crisis sanitaria mayor.

Comercios y supermercados cerraron o funcionaron con dificultad, y la población vivió horas de incertidumbre y desconexión, con teléfonos móviles e internet caídos o limitados al 17% del uso habitual21015. La normalidad comenzó a restablecerse al caer la noche, y en algunas zonas la luz tardó hasta 14 horas en regresar.

A pesar de la gravedad, el apagón no derivó en un colapso social ni económico prolongado. El gobierno declaró emergencia nacional y activó reservas estratégicas, y la sociedad reaccionó con solidaridad y paciencia.

Venezuela: apagones recurrentes que agravan la crisis humanitaria

En Venezuela, los apagones son cotidianos y prolongados, con cortes programados o espontáneos que pueden durar entre cuatro y ocho horas o incluso días en algunas regiones. Esto afecta el suministro de agua potable, la conservación de alimentos, el transporte, la educación y la atención médica.

La escasez de electricidad agrava la crisis humanitaria: alimentos se pierden por falta de refrigeración, hospitales enfrentan dificultades para atender emergencias, y la población debe recurrir a fuentes alternativas como ríos contaminados o agua de lluvia para sobrevivir. La vida diaria se ha adaptado a la incertidumbre eléctrica, pero la situación genera angustia, pérdida económica y deterioro de la calidad de vida.

Contexto político y social

España: un país desarrollado en transición energética

España es una economía avanzada con una red eléctrica moderna y un sistema regulado que integra energías renovables. El apagón ha sido un suceso excepcional, resultado de una combinación de factores técnicos y de gestión en un contexto de transición energética y cierre de centrales nucleares.

El gobierno ha reconocido la gravedad del evento y ha abierto investigaciones para evitar su repetición. Sin embargo, el apagón ha generado críticas políticas y sociales, con sectores que responsabilizan al modelo energético y a la gestión gubernamental.

Venezuela: un país en crisis estructural

En Venezuela, la crisis eléctrica es parte de un colapso económico y social más amplio, marcado por la hiperinflación, la migración masiva y la crisis institucional. La infraestructura energética ha sido víctima de la corrupción, la falta de inversión y la mala gestión durante años.

Los apagones son un síntoma de la descomposición del Estado y la economía, y la población los vive como parte de una crisis permanente que limita el desarrollo y la vida digna.

Conclusión

El apagón de España en 2025 ha sido un evento histórico que ha puesto en evidencia la fragilidad de un sistema eléctrico moderno en plena transición energética, pero que fue superado en horas sin colapsar la sociedad ni la economía. En cambio, los apagones en Venezuela son un reflejo de una crisis estructural profunda que afecta a todos los ámbitos de la vida y que se prolonga desde hace años, con consecuencias devastadoras para la población.

Aunque ambos países compartieron la experiencia de quedarse a oscuras, las causas, el contexto y el impacto son radicalmente diferentes. España debe aprender de este episodio para fortalecer su red y evitar que se repita, mientras Venezuela enfrenta el reto monumental de reconstruir su sistema eléctrico en medio de una crisis multidimensional.

Este contraste pone en perspectiva cómo la electricidad, más allá de ser un servicio básico, es un termómetro del desarrollo, la estabilidad y la gobernabilidad de un país.

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