​“Si hubiese sido pobre, habría sido feliz”: asesinatos, sobredosis y accidentes de coche, la “maldición familiar” de la dinastía de los Guinness 

 Una historia que abarca varias generaciones y parece demasiado increíble para ser verdad: las tragedias que marcaron a la saga de multimillonarios en la que se basa la serie La casa Guinness de Netflix. 

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​Beatrice Borromeo defiende a la flotilla de Gaza: “Está en juego la verdadera esencia de lo que queremos ser como civilización” 

 La nuera de Carolina de Mónaco alza la voz frente a la “crueldad de Israel” y encuentra esperanza en la flotilla: “Me hace sentir que todavía hay un mundo en el que me reconozco”, dice la aristócrata y periodista italiana. 

​La nuera de Carolina de Mónaco alza la voz frente a la “crueldad de Israel” y encuentra esperanza en la flotilla: “Me hace sentir que todavía hay un mundo en el que me reconozco”, dice la aristócrata y periodista italiana. 

Cómo mostrar tu desacuerdo con clase, sin quejarte ni ponerte a la defensiva

Es habitual no estar siempre de acuerdo con los demás. Cada persona tiene su propia forma de ver el mundo, lo que a veces puede generar choques. Procura no tomarte nada a nivel personal ni ponerte a la defensiva, ya que en muchas ocasiones lo que dicen otras personas no es un ataque, sino una
The post Cómo mostrar tu desacuerdo con clase, sin quejarte ni ponerte a la defensiva appeared first on Mejor con Salud.  Es habitual no estar siempre de acuerdo con los demás. Cada persona tiene su propia forma de ver el mundo, lo que a veces puede generar choques. Procura no tomarte nada a nivel personal ni ponerte a la defensiva, ya que en muchas ocasiones lo que dicen otras personas no es un ataque, sino una discrepancia de opiniones. Utiliza estos momentos para comprender mejor al otro, adquirir nuevos conocimientos o encontrar una solución en conjunto; de este modo, el desacuerdo se hace mucho más tolerable.

La empatía ayuda mucho: ponerse en los zapatos del otro te da claridad sobre su forma de pensar. Te compartimos algunas estrategias sencillas para mostrar tu desacuerdo sin ponerte a la defensiva.

1. Sé asertivo con tu mensaje

Define tu intención antes de hablar, pregúntate si quieres resolver algo o solo liberarte. Tener claridad sobre el objetivo del mensaje te ayuda a pensar de manera positiva.

En lugar de utilizar frases como “Siempre haces esto mal”, puedes decir “Me siento frustrado cuando ocurre esto”. De esta forma, comunicas el impacto en ti sin acusar o juzgar. También puedes abrir la conversación con: “Mi perspectiva es…”, “Entiendo tu punto, y me gustaría añadir que…”, “Podríamos considerar…” Estas afirmaciones invitan a la otra persona a escuchar.

2. Escucha con atención

No te limites a oír; presta atención y procura entender lo que la otra persona dice. Hazle ver que comprendes lo que dijo. Por ejemplo, “Si entiendo bien, lo que te inquieta es…” Esto valida su punto y evita malentendidos. También puedes ir más allá de las palabras e identificar las emociones y necesidades subyacentes para demostrar que estás escuchando.

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3. Evita la defensiva

La actitud defensiva suele reflejar miedo al rechazo, inseguridad sobre tus propias ideas o sensación de que tu identidad está siendo atacada. Si alguien cuestiona tu postura, puedes sentirte juzgado. Reconocer estas reacciones es el primer paso para evitarlas. Identifica el origen de tu defensiva, y elige una respuesta más tranquila y orientada al diálogo, en lugar de una protección impulsiva.

4. Busca puntos en común

El objetivo es entender la situación y encontrar una salida juntos, no solo “ganar” el argumento. Para esto, reconoce las áreas donde ambos están de acuerdo. Esta forma de abordar el desacuerdo cambia la dinámica de confrontación a colaboración, facilitando soluciones.

5. Mantén la calma y el control emocional

Aunque tu opinión sea diferente, el respeto es innegociable. Si la tensión aumenta, haz respiraciones profundas o sugiere una pausa para retomar la conversación más tarde. Además, las emociones son contagiosas, tu serenidad puede ayudar a que la otra persona se relaje, favoreciendo un diálogo constructivo. Trata de no reaccionar de forma impulsiva.

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Expresar tus diferencias con elegancia es una habilidad que mejora con la práctica. Pero ten en cuenta que no todas las personas reaccionan igual. En algunos casos, las discrepancias son percibidas como desafíos. Sin embargo, enfócate en comunicar tu punto de vista de forma respetuosa, sin buscar cambiar el pensamiento del otro a la fuerza. Poner en práctica estas estrategias es una oportunidad para crecer personalmente y fortalecer tus relaciones.

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​Adriana Abascal (de Dior y con moda española), una más en la corte de Saboya: así han sido los días en los que ha ejercido de ‘princesa consorte’ en Roma 

 Su pareja, Manuel Filiberto de Saboya, organizó una cena de gala con carácter benéfico para 300 invitados a la que no faltaron sus buenos amigos los grandes duques de Rusia. 

​Su pareja, Manuel Filiberto de Saboya, organizó una cena de gala con carácter benéfico para 300 invitados a la que no faltaron sus buenos amigos los grandes duques de Rusia. 

Cómo limpiar los cubiertos manchados y devolverles el brillo en minutos

¿Has notado puntos rojizos o marrones en tus tenedores o cuchillos? Se trata de manchas de óxido provocadas por la exposición a la humedad o el contacto con otros metales, propio de su uso constante. Estas no son las únicas: si ves una capa blanquecina, se trata de cal; y los residuos de comida también
The post Cómo limpiar los cubiertos manchados y devolverles el brillo en minutos appeared first on Mejor con Salud.  ¿Has notado puntos rojizos o marrones en tus tenedores o cuchillos? Se trata de manchas de óxido provocadas por la exposición a la humedad o el contacto con otros metales, propio de su uso constante. Estas no son las únicas: si ves una capa blanquecina, se trata de cal; y los residuos de comida también se adhieren al metal y forman incrustaciones, cuya coloración depende del tipo de alimento.

Para recuperar el brillo de la cubertería, puedes recurrir al bicarbonato de sodio, que desprende las impurezas sin causar daños, y el vinagre blanco, que disuelve la cal. A continuación, te compartimos una guía práctica para limpiarlos.

¿Qué materiales necesitas?

Este método de limpieza requiere de unos pocos ingredientes y materiales que encuentras en casa:

  • Recipiente
  • Agua caliente
  • Vinagre blanco
  • Bicarbonato de sodio
  • Paño de microfibra
  • Guantes de protección
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Paso a paso para limpiar los cubiertos

Es posible quitarle las manchas a tu cubertería y recuperar su brillo con el siguiente procedimiento, que iniciará después de ponerte unos guantes de protección:

  1. Coloca en un recipiente hondo. Al hacerlo, asegúrate de que los cubiertos no queden amontonados.
  2. Espolvorea bicarbonato de sodio. Aplica este agente limpiador y desodorizante natural sobre los cubiertos.
  3. Añade el vinagre blanco. Notarás una efervescencia que facilitará el desprendimiento de la suciedad.
  4. Deja en remojo. Una vez que la efervescencia baje, añade al recipiente agua caliente y deja actuar los limpiadores por entre 15 y 30 minutos. Si los cubiertos están muy manchados, extiende el remojo hasta una hora.
  5. Frota y enjuaga. Retira los cubiertos, frota con suavidad con el paño de microfibra para que las manchas se desprendan de forma efectiva. Después, enjuaga con agua tibia.
  6. Seca y pule. Toma cada cubierto y sécalo con un paño seco. Si deseas más brillo, pule con un paño de microfibra.
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¿Cómo mantener la cubertería limpia por más tiempo?

Entre los hábitos sencillos que te permitirán mantener tus cubiertos en óptimas condiciones destacan el lavado y secado después de usarlos para prevenir las marcas de agua y óxido. Por otro lado, si usas lavavajillas, retíralos cuando termine el ciclo y sécalos.

Eliminar las manchas de óxido y cal es posible con ingredientes caseros y unos pocos materiales. Eso sí, en caso de tu cubertería presente corrosión severa o un deterioro extenso, el bicarbonato de sodio y el vinagre blanco no serán suficientes. Lo mejor es emplear limpiadores de metales especializados y, si se trata de antigüedades, es necesaria la intervención de un especialista en restauración.

 

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​Elisabeth de Bélgica recibe la visita de su madre, la reina Matilde, en Harvard: las primeras fotos de la princesa tras regresar a las clases 

 La Casa Real ha publicado varias fotografías de un encuentro relajado entre madre e hija. Tuvo lugar la semana pasada pero las comparte ahora, unos días después de otra foto, viral y muy polémica —según la información oficial creada con IA—, de la princesa Elisabeth con el príncipe Jorge de Liechtenstein. 

​La Casa Real ha publicado varias fotografías de un encuentro relajado entre madre e hija. Tuvo lugar la semana pasada pero las comparte ahora, unos días después de otra foto, viral y muy polémica —según la información oficial creada con IA—, de la princesa Elisabeth con el príncipe Jorge de Liechtenstein. 

Qué le pasa a tu cuerpo si no defecas a diario y cuándo preocuparte

Hay quienes piensan que para tener una buena salud digestiva es necesario defecar todos los días. Esto se debe a la difusión de creencias como “si no voy al baño todos los días, estoy estreñido”, “si no evacúo a diario, me estoy intoxicando” o, peor aún, “no defecar seguido daña el colon”. Lo cierto es
The post Qué le pasa a tu cuerpo si no defecas a diario y cuándo preocuparte appeared first on Mejor con Salud.  Hay quienes piensan que para tener una buena salud digestiva es necesario defecar todos los días. Esto se debe a la difusión de creencias como “si no voy al baño todos los días, estoy estreñido”, “si no evacúo a diario, me estoy intoxicando” o, peor aún, “no defecar seguido daña el colon”. Lo cierto es que todas estas ideas han sido desmitificadas por falta de evidencia.

En lugar de esto, los expertos explican que la frecuencia de evacuación no siempre es un indicador de un intestino sano. Otros factores como el esfuerzo excesivo, los cambios en la textura o el color de las heces, así como la sensación de vaciado incompleto, son indicios más comunes de que algo puede estar mal. Entonces, ¿qué sucede realmente cuando no eliminas desechos cada día?

Lo que debes saber sobre la frecuencia intestinal

No defecar todos los días no siempre significa que estás enfermo o que tu intestino está fallando. No hay una frecuencia única de evacuación que se considere normal, ya que factores como la alimentación, el nivel de actividad física, el metabolismo, el estilo de vida y el estado de salud determinan en gran medida la cantidad de veces que puedes ir al baño.

En términos generales, lo habitual es acudir entre tres veces al día y tres veces por semana. Quienes consumen más fibra, se mantienen activos y tienen un metabolismo rápido tienden a evacuar todos los días, ya que su tránsito intestinal es más eficiente y su digestión más acelerada. Aun así, algunos pueden hacerlo día de por medio o cada dos días sin que eso indique un problema.

Lo más importante es que las expulsiones ocurran con total comodidad, sin dolor ni esfuerzo excesivo, y que no haya cambios bruscos en el patrón habitual. Las heces normales suelen ser de color marrón, forma alargada, tamaño medio y no se fragmentan ni son excesivamente duras.

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¿Cuándo deberías preocuparte por no evacuar seguido?

Aunque la regularidad puede variar en cada persona, hay situaciones en las que debes prestar más atención porque pueden indicarte un problema de salud. Las heces acumuladas en el intestino tienden a compactarse, por lo que pasar más de tres días sin poder evacuar suele ser problemático. A menudo, empiezas a notar más hinchazón abdominal, gases, dolor, náuseas o pérdida del apetito.

Puede que sientas la necesidad de ir al baño, pero te cuesta mucho evacuar, sientes dolor y notas tus desechos duros, secos, grumosos o con algo de sangre. Esto puede ser indicio de estreñimiento funcional, que indica una alteración en el ritmo intestinal asociado con una dieta baja en fibra, sedentarismo, estrés o hábitos intestinales irregulares. A veces, también ocurre por alteraciones hormonales, efectos secundarios de ciertos medicamentos o enfermedades digestivas.

El riesgo aumenta a medida que pasan los días sin evacuar. Dado que el intestino sigue acumulando desechos duros que no logra expulsar, pueden surgir complicaciones como fisuras, hemorroides o impactación fecal. En casos graves, aunque poco frecuentes, es posible desarrollar una obstrucción intestinal, en la que el paso de los contenidos digestivos se bloquea parcial o totalmente.

Esta situación es una urgencia médica, ya que compromete el flujo sanguíneo intestinal, derivando perforaciones o infecciones graves como la peritonitis. Por este motivo, si no consigues evacuar por muchos días, y además tienes dolor severo, ausencia de gases, vómitos o distensión severa, debes buscar atención médica inmediata.

5 consejos para mejorar tu ritmo intestinal

Si experimentas irregularidad en tus evacuaciones, hay algunos ajustes que puedes aplicar en tu estilo de vida para estimular el tránsito intestinal y aumentar la frecuencia con la que vas al baño. Estos son los 5 más importantes:

  1. Aumentar el consumo de fibra dietética, presente en alimentos como cereales integrales, frutas, verduras, semillas de chía y de linaza, frutos secos y legumbres. En caso de estreñimiento crónico, puedes considerar un suplemento de fibra.
  2. Acompañar la ingesta de fibra con suficiente agua, ya que es necesaria para humedecer los desechos y estimular los movimientos intestinales. Además, es esencial que te hidrates a lo largo del día, con agua, infusiones, caldos u otros líquidos saludables.
  3. Estar más activos, ya sea mediante la práctica de ejercicio moderado u otras modalidades de actividad física. El movimiento es necesario para promover una buena motilidad intestinal y evacuaciones más regulares.
  4. Gestionar el estrés a través de técnicas de relajación, como respiración profunda, meditación, aromaterapia, musicoterapia, etcétera. Hay una conexión entre mente e intestino; por eso, si tienes demasiado estrés, podrías tener dificultades para evacuar o desarrollar estreñimiento.
  5. Mantener horarios regulares siempre que sea posible, tanto para comer como para ir al baño. Esto favorece el ritmo natural del intestino y reduce el riesgo de estreñimiento. Asimismo, es esencial atender el llamado del cuerpo y no reprimir las ganas de evacuar.
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Escucha tu cuerpo y reconoce lo que es normal para ti

Tener evacuaciones regulares es señal de bienestar, pero eso no quiere decir que tengan que suceder todos los días. Cada cuerpo tiene su propio ritmo y, como te lo explicamos, hay varios factores que intervienen en que defeques más o menos seguido. Si no sucede a diario, pero son cómodas y sin molestias, no tienes de qué preocuparte.

Reconoce tu patrón y mantén hábitos que favorezcan tu salud intestinal. Y si notas algo diferente, como un cambio brusco en tus hábitos, hinchazón, dolor, gases u otros síntomas, consulta a tu médico. Ciertas veces, tendrás que recurrir a medidas estrictas o medicamentos para volver a regular tu tránsito intestinal.

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